La insignia que ella siempre lucía antes de que los bombardeos acabasen con él era una cruz gamada de oro puro con un pequeño diamante incrustado en el centro. A Elena le resultó mucho más sencillo desprenderse de su amante que de la maldita joya: bastó una cita en el cuartel general de las SS a la hora programada y los aviones hicieron el resto.
Mientras caía la tormenta de plomo sobre París, ella encontraba abrigo en los brazos de un joven oficial de la Resistencia, dentro de un refugio antiaéreo denso de esperanza y miedo.
A la mañana siguiente, con el cielo ya despejado de muerte y nubes, sacó a pasear su nuevo anillo de brillantes cerca del edificio en ruinas donde yacía su antiguo hombre, y, al igual que el resto de los felices viandantes, no dudó en escupir sobre los negros cimientos todavía humeantes del local.
-.-
Cambio cruz gamada por anillo de diamantes. Único requisito, deshacerse de un amante nazi para siempre. Garantizado nuevo amante, mas joven y con porvenir. Se ruega escupir.
ResponderEliminarBesazos.
Tu si que eres una joya.
Si es que en la guerra todo vale
ResponderEliminar...y esas que tiran más que dos carretas, ganan batallas y anillos como plus.
.. qué peazo anillo, oye.
ResponderEliminarHabría sido una pena que se destrozara en la contienda. Fue un acto de amor. De lo más puro.
;)
Me encanta el anuncio de Alma, jejeje
ME siento aludida, no irá por mi? QUe me dejo seducir ante los brazos de cualquiera....
ResponderEliminarJajajaja, me rio del comentario de Alma, jajajaj!
ResponderEliminarCreo que es un cuento con final feliz. Anillo, escupitajo, fin de los joputos de los nazis y celebración con joven de la resistencia! Qué más se puede pedir???
:D
Todos los cuentos deberían acabar igual! ;)
Un besito, joyo!
P
Decian ( Creo que Marilyn) que los diamantes son los mejores amigos de una chica... besitos varios.
ResponderEliminarMuy bueno. El cuento podría continuar con que la protagonista le dice a su amigo de la Resistencia que le regale, no sé, una joyita con la bandera de la Francia libre. Y luego la redada de la Gestapo y ella que se refugia en los brazos de un SS...
ResponderEliminarGenial. Cuánto dices con tan pocas palabras.
ResponderEliminar:-)
a eso le llamo yo: a rey muerte rey puesto.
ResponderEliminarbicos,
Y eso que, al parecer, son los diamantes los que nunca mueren, y no los brillantes...
ResponderEliminarHay que aferrarse a lo que uno más quiera... :)
Besos
Me encanta tu brevedad y la intesidad con la que se construyen tus relatos.
ResponderEliminarBesos
En la resistencia diaria de la vida parece ser que se tiene poco valor el amor y la lealtad y se cambia con facilidad al caballo ganador.
ResponderEliminarPuede ser una misma la jugadora pero el ganador hoy es uno, mañana otro, y así.
un beso
Jajaja, los comentarios de los comentaristas no tienen desperdicio, pa que más, excelente micro Juanjo aunque déjame que dude de mujeres tan pérfidas.Un abrazo, que no que no, que no por la cruz gamada.
ResponderEliminarChau!
---
Gorocca
Donde mejor que estar entre los brazos de ese oficial!
ResponderEliminarBesicos
Siempre ha sido de lo más rentable ser un/a quintacolumnista.
ResponderEliminar¿Deshacerse de un oficial de las SS por una joya? ¡Y sin joya lo hubiera hecho yo! :) Pero ella es más lista.
ResponderEliminarValioso el relato :)
Abrazos.
Le quería de verdad, ¿eh?
ResponderEliminarMírala, qué lista...
ResponderEliminarBesos.
y que cochina , por lo de escupir.
ResponderEliminarbesín