Hoy no vengo a hablarte de flores silvestres, de verdes colinas, de temperaturas suaves, de mangas cortas, de cuerpos bronceados, de amores adolescentes, de coloridos bodegones ni de paisajes bucólicos.
Hoy vengo a hablarte de la violencia de la savia nueva erosionando sus conductos oxidados, de la violación de la tierra agrietada por el brote tierno, de la agresión infame del polen sobre mi cuerpo, de la lascivia salvaje que me provoca tu recuerdo, del macabro atentado matutino del despertador contra mis sueños.
Vengo a hablarte de lo repentino, lo cambiante, el desequilibrio, el desenfreno, la excitación, la ansiedad, la pasión, el exceso.
Esto es la primavera. Mucha vida de un trago. Pero existen otros cuentos.
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