Hoy no vengo a hablarte de flores silvestres, de verdes colinas, de temperaturas suaves, de mangas cortas, de cuerpos bronceados, de amores adolescentes, de coloridos bodegones ni de paisajes bucólicos.
Hoy vengo a hablarte de la violencia de la savia nueva erosionando sus conductos oxidados, de la violación de la tierra agrietada por el brote tierno, de la agresión infame del polen sobre mi cuerpo, de la lascivia salvaje que me provoca tu recuerdo, del macabro atentado matutino del despertador contra mis sueños.
Vengo a hablarte de lo repentino, lo cambiante, el desequilibrio, el desenfreno, la excitación, la ansiedad, la pasión, el exceso.
Esto es la primavera. Mucha vida de un trago. Pero existen otros cuentos.
-.-
La agresión infame del polen y no olvides las gramíneas, menudas hijas de.
ResponderEliminarPero en el fondo, creo que compartimos esa admiración por la vida que explota y la savia que revienta y los animales que se persiguen, se devoran y se aparean en un incierto punto entre los matorrales. La vida que recuepere su salvajismo para el mes de abril y mayo...
Aquí, en mi tierra, todo ese alboroto lo dejaremos para junio y julio, porque aún no nos hemos quitado el abrigo. ¡jo!
ResponderEliminarAsí me gusta la primavera, que entre dando caña, ea.
;)
Pues no me hables de otros cuentos. Este que estás contando me gusta.
ResponderEliminarAbrazos.
A mi también, digo que me gusta tu cuento, aunque existan otros pero este... desequilibrio, desenfreno, excitación, ansiedad, la pasión...
ResponderEliminarTambién son nuestras primaveras , nuestra vidas de un trago.
besinos
Sin duda alguna, la primavera es época de cambios...
ResponderEliminarBesicos
Que sí, que la sangre altera!
ResponderEliminarGñe...
Yo le tengo un poco de odio a la estación, la verdad. Y sin embargo, no sé si podría vivir con la sangre en calma.
Lo malo es que para mi, las primaveras dejan efectos para todo el año...ainss...
Un besito
Lala
Te ha salido un hermoso grito.
ResponderEliminarMás allá del cumplido, lo que evidencia esta entrada, si la cotejo con otras muchas encontradas, en igual alabanza a esta estación, es que la gente está de un alterado que asusta. Un poco de tila contra los excesos de la carne. Por favor.
Dicen que la primavera la sangre altera... Ya veo que sí...
ResponderEliminarBesos.
Hoy no vengo a hablarte de la primavera que me tiene hasta el gorro, de esa primavera que me hace llorar por nada, que ya me va impidiendo pasear por temor al abrasador sol. No. Vengo a hablarte de ese tranquilo invierno, con sus mañanas impregnadas de débiles rayos de sol que calientan el alma y no queman el cuerpo, con su poquito de frio que te hace desear calentarte al abrigo de otro corazón. Cuanto echo de menos mi querido invierno.
ResponderEliminarBesos, y si hace falta que sean primaverales, lo serán
...yo ya llevo un mes haciendo la fotosíntesis
ResponderEliminarHoy me quedo con este cuento. ¡Y por muchos años!
ResponderEliminarUn beso
bravísimo, juanjo... me ha encantado... una manera impetuosa de contar la primavera...
ResponderEliminarel violento cambio de ritmo de la vida adormecida tras el invierno.
biquiños,
Atchummmm!!!
ResponderEliminarAnda! mismo tema pero el tuyo mucho más interesante!!!
ResponderEliminarMi única neuróna ya no tiene inspiración y como me daba penita dejar el blog todo abandonadito he querido poner alguna cosilla para darle vidilla ;)
Juanjoooooooo com va tot rei???
Besos mil.