Escrito para los Viernes creativos. La imagen es de Constantine Manos
Todos los veintiuno de marzo, acude a su cita, como si el hecho de hacerlo bastara para que los acontecimientos sucedieran de la forma que deseamos. Pero esta vez, las estaciones se resisten a seguir la voluntad de los hombres y no llegan los trenes a su hora. Las muchachas han olvidado ponerse dos gotas de perfume en el cuello y florecen anárquicos los postes telefónicos. No ladran los perros mientras se congelan los arroyos.
Todo eso sucede ajeno al devenir del hombre que esconde en su espalda la última rosa blanca de la tierra, apostado en la esquina de una estación de metro, aguardando a la única aspirante digna de tal presente. Ignora que por esta vez, al contrario de lo que ha sucedido durante todos estos años, una mano delicada aceptará la flor y ya no será necesario entonces buscar nombres para las cosas y abono líquido para los deseos.
-.-
Me ha gustado mucho el texto
ResponderEliminarEl hombre va a entregar "la última rosa blanca de la tierra" , quizá el último amor verdadero , cuando ya no florece ni la esperanza de la primavera.
Me ha gustado mucho esta entrada, volveré a pasar por aquí.
ResponderEliminar<3
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