La ilustración es de Luisa Olguín. Colaborando con La Cofradía del cuento corto.
A mamá le gusta cambiar de planes. Al principio, cuando estaba yo solito con ella, traía hombres a casa a los que tenía que llamar papá. Vivían una temporada con nosotros hasta que se iban, seguramente para dejar sitio a un nuevo hermanito. Ella cuidaba mucho al bebé hasta que podía andar, y al poco aparecía otro papá.
Llegó un día en que éramos muchos en la casa y había poco para comer. Todos los hermanos, uno por uno, le dijimos:
- Tengo hambre, mamá.
Y mamá cambió de planes. A partir de entonces, vinieron muchos más hombres. Uno cada noche, al menos. Pero no teníamos que llamarlos papá. Durante una temporada tuvimos de todo, hasta televisor, pero un día ella apareció con los ojos morados y ya no volvieron aquellos individuos. No tardó en irse la tele y volvió a faltar la comida.
De la noche a la mañana, la casa se llenó de símbolos extraños y apareció el gato negro Lucifer. Venía mucha gente a jugar a cartas con mamá y a beber bebidas de colores raros. Compramos una tele mucho más grande que la de antes. Hasta que unos encapuchados quisieron quemar la casa con nosotros dentro.
Mamá se enfadó y tiró todas aquellas cosas. Hasta se deshizo de la baraja. Sólo quedó el pequeño Lucifer, que iba y venía como uno más. Un día vimos que el gato se comía el último trozo de pan que quedaba en la cesta y a todos nos entró muchísima hambre. Corrimos a protestar a mamá y ella se quedó mirando al felino y a la olla.
- No os preocupéis- dijo. -Mamá tiene otro plan.
-.-
No hay comentarios:
Publicar un comentario