Imagen tomada de El espejo imposible
Ja, ja, ja, ja. La carcajada sonó como una bofetada, como un duro insulto, y el eco se encargó de repetir la afrenta, multiplicándola el silencio del resto de los presentes.
Sin embargo la Mari no podía parar de reir, viendo las caras de los familiares de su novio grises de ceniza, sus rostros serios, demudados por la sorpresa, o contraídos por el asco. La mano que fuertemente le apretaba su chico se aflojó un poco, se sintió taladrada por punzantes miradas e injuriada por desaprobadores murmullos, pero nada de eso pudo menguar la intensidad de su risa.
El frío viento del desfiladero terminaría al fin con su expansión eufórica, y aquel suceso marcaría el principio del declive de su relación. Hasta el nombre de su amante caería con el tiempo en el olvido, pero nunca la grotesca situación vivida.
Es preciso tener en cuenta la dirección del viento cuando se arrojan las cenizas de un muerto. Eso cualquier hombre lo debería saber.
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Mi Alma esta convencida de que no fue el viento el culpable, fue el muerto que una vez convertido en cenizas quiso vengarse de toda su parentela y no tenía otro modo que enmascararlos y transformarlos en estatuas por un momento.
ResponderEliminarUn beso
Efectivamente, cualquiera debería saberlo y, especialmente siendo hombre, no solo al arrojar las cenizas de un muerto... también al mear, aunque esté mal el decirlo.... e incluso siguiendo con las enseñanzas escatológicas, lo primero que enseñan a un marinero: si te mareas y vomitas por encima de la borda... ¡hazlo a sotavento!
ResponderEliminarP.S. ¡Me encantan tus relatos brevisimos a lo Monterroso!
vaya levante mas travieso y que situación mas esperpéntica.
ResponderEliminarYo también soy de esas personas que se rien en los momentos mas inoportunos...
Puede que se olvide al muerto pero no se olvidara el momento en el que sus cenizas volaron en el aire para terminar en la cara de los mas allegados...
Saludos y besitos veinteañeros^^
¡Qué bueno, Juanjo! Primer texto tuyo que leo y lo hago encantada.
ResponderEliminarEso sí, espero no pasar nunca por una como la que cuentas. ;)
¡Un saludo!
Jajajaja
ResponderEliminarAins, mi Juanjo querido, creo que estamos presenciando una nueva etapa en tu escritura; ya comenzaste con un flan a medio morder y ahora esto.
Ya sabía yo que tenías una venilla humoristica que ni pa qué.
Me gusta esa Mari, yo soy esa mari que me rió viendo a todos tragando cenizas de muertos ajenos, si al menos fuese uno mio, tal vez no reiría con tantas ganas pero segura estoy, fijese en lo que le digo que una sonrisilla si que iría.
Besotes, besotes, besotes
Y si no que se lo pregunten a gran Lewosky.
ResponderEliminarBesos.
Si ya lo dice el refrán; “más vale cenizas en mano, que por ahí volando”.
ResponderEliminarPD; simplemente me he levantado gracioso.
(Quizá un pequeño Principito)
Pffffffff jajajjajajajajajaj!!!!!!
ResponderEliminarPerdón perdón... no debería reirme pero.... jajajajajjajajaja!!!!!!!
Como eres Juanjo jajajajjajajaj!!!
Besos!
Es muy cierto algo que dices en tu micro: se puede olvidar a cualquiera, pero una situación grotesca permanecerá indeleble para siempre.
ResponderEliminarBesos orgiásticos.
Alma:
ResponderEliminarHay muertos con muy mala leche. Eso es totalmente cierto.
Carlos:
En mear estaba pensando cuando escribí la frase; pero seguiré tus consejos en alta mar.
Veinteañera:
A mí me pasó algo parecido en el entierro de mi padre. Tuve que contener la risa, pero apuesto a que la mayoría me hubiese secundado.
Mandarina:
Gracias por tu visita. Ya sabes, vigila la dirección del viento.
Nikté:
Tú me recuerdas a la Mari en algunas cosas, jajaja
Lo que ven mis ojos:
No la he visto. Lástima.
Aarón:
Pues sí. Gracioso, pero cierto.
Belén:
Claro que deberías reirte.
Ella:
Es imposible olvidar una situación como esa, pero a algunas personas cuesta mucho, aunque lo intentes.
Besos y abrazos.
Esta es una de mis asignaturas pendientes
ResponderEliminarFabuloso relato corto, me ha encantao!
(yo también he pensado en el Gran Lewosky :P)
Eres increible.
ResponderEliminarUn besazo
Muy bueno.
ResponderEliminarHe leído los tres últimos textos y me han encantado... Poco a poco iré leyendo más. Un gusto.
Saludos.
Muchas gracias por acordarte, Juanjo. Creo que no lo asumí hasta que vi el cambio de número en el perfil de Blogger. 20. ¡Qué número tan redondo!
ResponderEliminarMarcaría Un antes y un después a partir de ese suceso...pero es que la risa inadecuada tiene lo que tiene...jobar! que mal rato, oye!!
ResponderEliminarUn besito visitante de mercadillos medievales...tus ojos resaltaban entre tanto pardo color.
Jejejeje... ¡Vaya situación!... Espero que, perder a su novio no la haya hecho muy desgraciada... pero momentos así... no tienen precio... jajajaja.
ResponderEliminarUn beso, meu rei.
Juanjo me encantan tus relatos siempre tan sorprendentes
ResponderEliminarTormenta:
ResponderEliminarNo lo sé. Es un buen ejercicio para los que nos enrollamos mucho con las descripciones.
¡Inténtalo! Seguro que te sale bien.
Carol:
Muchas gracias y ¡bienvenida!
Maximus:
¡Bienvenido!, tú también. Me alegro que te gusten, aunque tengo que decir que algunos de tus relatos no son de este mundo. ;-)
Violeta J.B.
Es un número redondo y bonito. Que lo disfrutes.
Virginia:
Se pasa mal en estas situaciones. Por eso, a veces, una carcajada puede ser la vía de escape de esas emociones contenidas.
El visitante de mercados medievales se maravilló de comprobar que el color de tu pelo, no sólo no endurece tus rasgos, sino que incluso los dulcifica.
Conchi:
La Mari suele resolver bien estas situaciones "desgraciadas". A rey muerto, rey puesto.
Odel:
Y a mí que me lo digas. Muchas gracias.
Besos y abrazos.
Juanjo, yo vengo a traerte otro beso y un abrazo... y gracias por el tuyo!
ResponderEliminarAdulador..!!
ResponderEliminarLa lástima, no haber tenido más tiempo...pero para eso están las próximas veces no? Además, me debes una cerveza.
Pd.- Al final me quedé sin mazorca de maíz, jo!! Un beso mi niño.
Hola Juanjo. Acabo de descubrir tu blog. Me encanta como escribes. Te felicito. Seguiré paseando por tu página. Un saludo,
ResponderEliminarJuas ¡qué situación tan tensa!
ResponderEliminarMe recuerda esa película "Los padres de ella" en que Ben Stiller tira la urna de cenizas de un familiar de su suegro (Robert de Niro) que guarda encima de la chimenea y el gato de la casa corre a hacer sus necesidades en ellas.
Saludos
Poca gente se acuerda del viento hoy día, parece que hay miles de cosas antes...
ResponderEliminarDe todos modos esta situación es totalmente distinta leída que vista en imágenes o vivida. Solo hay que pensarlo un poco y veremos como nuestra percepción cambia según nos encontremos en la escena o fuera de ella. Curioso.
Qué placer Juanjo. Un gran abrazo.
… no, no me importa, de hecho me gustan las palabras que le diste
ResponderEliminarjajajajajajaja quizá ha sido con mala intensión que lo ha hecho jajajajajajajajaja
ResponderEliminarHe dejado noticias en mi hogar...
Besines guapo... ya hablaremos...
Moraleja:
ResponderEliminarCuando veas las cenizas de un muerto volar, con un pañuelo tu cara debes tapar! xDDD!!!
La verdad es que ha sido de impacto!
Qué arte tienes con esto, oye, siempre me dejas así O_O
Besitos (libres de ceniza)
Äfrica
... uf....
ResponderEliminarEs el primer relato tuyo que leo y me he reído yo también.
ResponderEliminarMe encanta la gente que sabe reírse de las situaciones más dipares. El humor es tan necesario ... incluso en ciertos momentos.
Seguiré leyendo.