23 enero 2009
El conejo en su madriguera
La vida de Loles cambió el día que un compañero de clase, el típico niño borde, tuvo la clásica asociación de ideas mientras observaba aquellos poderosos incisivos superiores ligeramente adelantados sobre los maxilares inferiores, aquella rotunda realidad de marfil impidiendo el natural cierre de su boca pequeña.
La penosa travesía entre aquel cruel apodo infantil y el lascivo título de playmate fue, en resumen, un ejercicio de lacerante penitencia, cuyo único objetivo era ganar la estima de los demás y recuperar la propia, a base, al principio, de rebeldía y descaro estudiados, y después, de sexo fácil con hombres desesperados; pero un inesperado casting lo cambió todo.
La fama, a pesar de su brevedad, le sirvió para engrosar sus cuentas bancarias y conquistar una discreta y confortable independencia, a mucha distancia de los dimes y diretes del mundo rosa. Su vida, entonces, se llenó más de flashes y entrevistas, que de noches de blanco satén; y si sacamos las cuentas, su mullido y oscuro sexo, tan visto y cantado, fue muchas más veces objeto de deseo que plaza conquistada.
Quién iba a decir que la Loles, la vejada Loles, la ignorada Loles, la cantada Loles, terminaría siendo cartel de busca y captura de cazadores al más puro estilo de Elmer Gruñón, sin que a ella le costara gran trabajo mantener a salvo su madriguera.
Ahora vive allí, rodeada de cosas inútiles, balanceando en su hamaca los largos dientes manchados de café y tabaco, mientras vuelca sus pequeñas gafas sobre un libro de Lewis Carroll, que lee y relee.
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Muy buena esa combinación de cosas conejiles. O conejudas. Desde el play boy hasta Lewis Carroll, pasando por Bugs Bunny y, por supuesto, el fistro. Sí señor, me ha gustado. Está currao.
ResponderEliminarjajajaj, hay que ver que imaginación la tuya, que bien hecho está, besitos varios.
ResponderEliminarpues que resultaba que esperaba algún relato cinegético y mira tú por donde te sales... por los cerros de la Loles...
ResponderEliminares un relato con bastante enjundia... tuve que leer algunos trocitos varias veces para llegar a comprenderlo...
me gusta, está trabajado y tiene algunas frases que me gustan mucho:
"fue muchas más objeto de deseo que plaza conquistada"
A la forma en la que tú lo celebras es imposible no unirse... :)
ResponderEliminarBesos
Mi vida ha sido un poco como la de Loles, sobretodo en lo de los Flashes y la fama. Yo, sexo tengo poco, porque el prozac me quita el deseo.Aunque de joven tampoco tenia mucho....
ResponderEliminarMenuda vida se llevado el conejo de la loles . Seguro que lo ha pasado bien.
ResponderEliminarEs muy decriptivo y visual, me ha gustado leerlo.
¡Ah! pues... ¡felicidades, chicas!
ResponderEliminarCuántas vueltas da la vida! Ha sido muy divertido leerle.
ResponderEliminarMientras dure Premios Maritoñi iré disfrazada de Audrey Hepburn.
ResponderEliminarNominado Juanjo a mejor redacción.
Pues eso, celebremos el día del conejo, tomando una paellita o cualquier otro arroz y a ser posible servido por la Loles (¿o no era eso?)
ResponderEliminarBesos
Y yo que cantaba ,inocencia de aquellos tiempos¡¡una canción de la Loles y al oirme en casa me dijeron:"pero qué estás cantando?"Entonces entendí que algo había de "raro".
ResponderEliminarCreí que la prota era una famosilla,pero dudo que leyera a Levis Carrol por el principio¡
Pobre mujer¡¡Siento mi crueldad¡
Besucos
Gó
Quizá, ahora, leyendo a Lewis Carroll, se dé cuenta de que la vida es un cuento y ella que se creyó protagonista, la borraron de un plumazo y sin dejarle clavar sus poderosos incisivos superiores en el pastel.
ResponderEliminarun besito
¿Habrá hueco para usted, que lo merece, en premios maritoñi?
ResponderEliminarMe pareció un post estupendo, entretenido y bien narrado. Celebremos el día del conejo, soy conejo en el horóscopo chino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Jajaja hoy me sacaste la mejor de mis sonrisas tras leerte...Mil gracias y feliz semana Juanjo
ResponderEliminarMe he enterado de tu nominación. Te lo mereces.
ResponderEliminarFeliz día del conejo, entonces!
ResponderEliminarBesos, guapo!
Jajajaja
ResponderEliminarASí que celebramos el día del conejo ¿o son solo el de las conejas?
Que cosas, las tuyas
Pero está bien ese final, me ha gustado, si señó.
Pero que soso eres iooooooo.
ResponderEliminarEs que tú no bailas?
Qué buen texto... me ha encantado la sociación de ideas entre las conejitas de Playboy, Lewis Carroll y Bug Bunny. Muy interesante.
ResponderEliminarQué gracia y qué forma de encadenarlo todo! Genial como siempre, saludos.
ResponderEliminar"La Loles, la Loles, el conejo de la Loles..." Tremenda canción y tremendo apelativo para nombrar el sexo femenino. De entre los cientos de palabrejos con que podemos mencionar al citado sexo, éste es uno de los que más repelo.
ResponderEliminarPor cierto, y tú sabes por qué se le llama "conejo"?
Cómo me ha gustado que lea a Lewis :)
ResponderEliminarAbrazos
Y luego están todos los conejos con nombre propio y apellidos, jajajaja!
ResponderEliminarVaya mezcla has hecho con el animalico, Juanjo! Te ha faltado el de echar a la paella, ese que no tiene la cabeza hinchá, que está malo!
xDDD!!!
Y la Loles no tuvo descendencia?
Yo pensaba que lo de llamar a las mamaes con mucha prole, conejas, venía por ella, cachisss!!! :D
Un beso y feliz día del conill!
Bueno, ya pasó no?
Llego tarde. Debo darme prisa, como el conejo de Alicia...
P
¡¡hay que celebralo todo!!
ResponderEliminarBuena la narrativa Juanjo! La verdad es que el tema siempre ha dado que hablar y para los más lanzaos, dá pa escribir, ¡qué bien! Y me pregunto: ¿y pa cantar también? ¿conoces toda la letra de la canción de la Loles? A mí es lo primero que me ha venido a la cabeza mientras leía el relato, y mira que no he podido pasar de la segunda estrofa, ¡qué rabia! no la puedo recordar entera. Y me hago otra pregunta: ¿te lanzarás y nos la cantarás también? He visto por ahí una foto con micrófono en mano que me sugiere que no se te dá tan mal el canto y de letras ya se sabe que entiendes. ¿Qué dices?
ResponderEliminarFdo. El ...... de la suerte.
¡Qué suerte! ¡Qué suerte! ¡Qué suerte!
Sí, ya sé que no voy a ser muy original con este estúpido comentario. pero más allá de las excelencias literarias, que las tiene, no me cuesta nada cerrar los ojos e imaginarme a Esteso entonando la cancioncilla de marras.
ResponderEliminarque tremendamente bueno eres manejando este tipo de narrativa juanjito.
ResponderEliminarY además cantas? voy a seguir leyendo tus últimas entradas , que me he perdido.
besinos
... y sigo leyendo... y sigo encontrando cosas que me gustan. Como ésta.
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