26 mayo 2014

Jesús y Andy


Naricilla respingona y un cuerpo de escándalo. Morena, pelo largo, ensortijado. La tienes que conocer.

El policía muestra otra vez la foto de la chica y yo vuelvo a negar con la cabeza. Mis ropas están manchadas de barro y sangre. Tengo frío.

- ¿Dónde estabas ayer por la noche?- pregunta.

Amaga el golpe con la mano abierta, pero se reprime al final.

- Haz un esfuerzo. Colabora un poco. Cuenta lo que sabes y te podrás ir- sugiere frotándose la cara, impaciente.

Pero yo no sé lo que hago allí, miro mi camisa empapada y lloro. Es todo tan absurdo. Ahora recuerdo quién es la chica de la foto, pero sigo sin comprender qué tengo que ver con ella.

- Es Andy McDowell- tartamudeo nervioso.

El policía sonríe y susurra algo a su compañero. Saca un pañuelo y lo moja en vinagre. Comienza a frotarme las muñecas y descubre sendas llagas con profundos agujeros. Reprimo el dolor apretándome fuerte las barbas.

En ese momento entra un enfermero y me venda las heridas.

- ¿Quieres firmar tu declaración?- comenta, enseñándome una pluma de ganso. Firma y te podrás ir.

Salgo a la calle y el sol quema. Debe ser un mediodía de Agosto. No hay nadie por la calle. Recorro dos manzanas, buscando la sombra de los balcones, y al doblar una esquina me encuentro con la chica de la nariz respingona.

- Gracias- me dice.

19 mayo 2014

Aditivos


Basado en el trailer del corto No Artificial Sweeteners de The Madame en Vimeo.
Participación en Los viernes creativos, de  Escribe fino.


Tomas el café muy caliente y sin azúcar. Te gustan poco los tatuajes y mucho los ojos verdes. La comida natural, poco especiada. Las mujeres, poco maquilladas. Dices que te encantan los alimentos con su sabor, sin aditivos. La vida, sin edulcorantes artificiales.

En la mesa te he puesto sacarina, azúcar blanco y moreno, miel, cuatro tipos diferentes de galletas. Nada de eso vas a tocar.

Sabes arrancarme sonrisas con tu labia fácil y se me olvida el pequeño fracaso del despliegue de dulces. Me gusta cómo mueves los labios mientras hablas y pienso en lo poco acostumbrados que están a la dulzura.

Ahora miras con disimulo el tatuaje que llevo justo encima del escote. Te preguntas si mi piel estará demasiado salada con tanta tinta.


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12 mayo 2014

Dixie


Imagen tomada del Blog à Dédé


Había brotado, en medio del huerto, un imponente piano de cola. Salió de culo, como en los partos difíciles y no supimos qué era hasta que le vimos las teclas. 

Cuando lo estábamos limpiando, comenzó a temblar la tierra y salió un contrabajo, varios banjos, violines, una tuba. Después empezaron a emerger los músicos, con sus taburetes y sus partituras. 

El director se sacudió el polvo, batuta en alto y los instrumentos comenzaron a sonar uno a uno. Finalmente, aparecieron las chimeneas y el castillo de proa. Cuando terminó de moverse el terreno, la orquesta del Titanic empezó a tocar Dixie.

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04 mayo 2014

Gestación


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La imagen es de Jee Young Lee. Escrito para Los viernes creativos de Escribe fino.

A todas las madres, por su dedicación, por su entrega, por su renuncia.

El otoño te regala, a veces, estos días soleados. Mañanas luminosas en las que puedes sentarte al sol en manga corta y disfrutar.


Es época de cambios y no sólo de temperatura. Observo la ropa tendida, desordenada, con sus pinzas de colores todas del mismo tamaño y me ha dado por imaginar otras pequeñas, para prendas de apenas un palmo, todas del mismo color. Ropas diminutas secándose junto a las nuestras.


Imagino a lo lejos mi barco, balanceándose en el muelle, y me ha parecido, de repente, inestable, inseguro. Lo veo deteriorarse poco a poco y convertirse en un vecino peligroso, más que en el amigo cómplice que fue hasta poco.


La complicidad la busco ahora entre estos muros encalados, en el sol tibio que no quema, en el pequeño desorden que comienza a imponerse en la casa, en las hojas amarillas que cubren el suelo del jardín, sin que ello me parezca de una dejadez inadmisible. Pequeños cambios que me hacen sentir más segura.

Se podría decir que soy feliz, aquí sentada, dejando de hacer cosas para estar más contigo, sintiendo minuto a minuto cómo me vas cambiando la vida. Lo podría resumir así de sencillo, en presente, sin más adornos, y sería cierto; pero me empieza a salir el futuro y el plural, casi sin darme cuenta.


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