04 junio 2006

In vino veritas

Alcanzado el acuerdo, se relajó notablemente la tensión, y empezaron a degustar los aperitivos con prisa, casi con recelo, como si los nervios de la situación anterior hubieran despertado sus instintos más naturales.

Al único que se le veía desganado, apático, y lacónico era a Ramón, y no se debía sólo al hecho de haber cenado previamente, sino a que se consideraba el único perdedor del pacto alcanzado. Parecía que, entre unos y otros habían acordado la busca y captura de Sofía, y poco menos que la entrega a sus verdugos, hecho que a él particularmente le tocaba las narices.

La cena era fuerte, aunque sencilla, sin florituras. Los aperitivos, escasos; lo justo para abrir el apetito, pero el chuletón de buey que seguía completaba con creces el hasta entonces austero menú. La elección del vino se dejó, como es cortesía habitual, al mayor de los comensales, y éste, aprovechó la ocasión para escoger el más conveniente, no tanto a la carta como a sus intereses. Seleccionó un vino catalán, de la zona de Priorato, de sabor fuerte, no apto para todos los paladares, pero de alta graduación, muy apropiado para relajar aún más las tensiones y provocar las palabras.

El maestro, además, provocó en sus interlocutores un pequeño sentimiento de culpabilidad sobre su escasa locuacidad y áspero trato, de forma muy sutil, con el propósito de que intentaran compensarlo con verborrea y amabilidad.

La combinación de vino y mano izquierda causó estragos cada vez que el anciano formulaba una pregunta con intención. Con esa intención disimulada, que esconde un pronunciado interés bajo un manto de aparente indiferencia.

Esta táctica no se le hubiera ocurrido emplearla al genial maestro, a menos que hubiera comprendido que sus adversarios no tenían, en realidad, nada de profesionales, sino que más bien parecían guardias de seguridad venidos a más, en vez de preparados agentes de una potencia extranjera. No sabía cuán cerca estaba el hombre de la verdad.

Los rusos fueron cantando la mayor parte de lo que sabían. Confesaron que habían tenido trato frecuente con el embajador, a través de Sofía, y que habían intercambiado documentos por dinero; pero que la última entrega había sido bastante decepcionante. Sus superiores les habían llamado la atención, y ellos se sentían estafados: el embajador se había quedado con la pasta y les había entregado información irrelevante.

Pero había más. Ellos no pertenecían a los servicios secretos rusos, como había intuido el maestro, sino a un sector de la oposición al régimen de Putin, resuelto, sobre todo, a resolver la situación en Chechenia por la vía rápida. Habían descubierto un intento de acuerdo entre Gran Bretaña y Rusia para terminar con la oposición chechena, terminando con su cúpula dirigente de forma brusca, a cambio de mayor implicación de Rusia en la guerra de Irak, y trataban de desmontarlo ante la opinión pública con datos contrastados.

Tras la velada, los servicios secretos británicos estaban satisfechos, los rusos borrachos, Marisa cansada y Ramón triste. Los agentes británicos siguieron a los rusos para localizar donde vivían. Urgía recuperar todos los papeles, y si Sofía tardaba en aparecer deberían intervenir. Necesitaban conocer cuanta información tenía la oposición rusa, y a quien se había transmitido. Al mismo tiempo, dos comandos operarían en Valencia y Madrid para localizar a la prófuga Sofía, que podía tener además de información valiosa, fondos reservados de su graciosa majestad.

A Ramón le preocupaba cada vez más las represalias que podían aplicar a la mujer que amaba, y se sintió traicionado por Marisa. Estaba demasiado cansado para dar explicaciones, pero a la mañana siguiente hizo las maletas, y dando una parca explicación, volvió a su casa.

Se encontraba solo, abatido, cansado y triste. No sabía que más podía ir peor.

11 comentarios:

  1. Anónimo4:24 p. m.

    Cómo se suele decir, cada loco con su tema ;)

    Pobriño Ramón,él ni política ni espías: Está enamorado! Se nos va a pillar una depresión a este paso...

    Como siempre, un capítulo estupendo. Me gustó especialmente la descripción del vino.


    Un besito

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  2. Anónimo9:51 p. m.

    Renis, si te dejan algún comentario firmado por mí insultándote, que sepas que no he sido yo, sino unos cabrones con los que he discutido a través del blog y que han copiado todas las direcciones de los comentarios de mi blog para ir fastidiándome (ya han dejado unos cuantos a conocidos que me frecuentaban).

    Ya hablaremos de todas maneras por msn.

    Un beso.

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  3. Anónimo8:27 a. m.

    Sabes JUANJO?
    Hay gente que se quiere demasiado con tanto libro de auto-ayuda hoy dia hay gente que no sabe dosificarse el quererse a uno mismo se vuelven egoistas y se miran constantemente su ombligo,dejando atràs a los demàs...por cierto...el vino que sea la proxima vez deL PÈNEDES...POR SOLIDARIZARTE CONMIGO...vivo en el pais del CAVA....ABRIL
    P.D.
    BON DIA!!!!

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  4. Anónimo9:25 a. m.

    Pues algun dia compartiremos ese cava de tu nevera no?...besos ABRIL

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  5. Anónimo1:04 p. m.

    ¿Pero Ramón no sabe que no se debe decir esa frase? pues ahora seguro que algo más puede ir a peor, vaya.
    Cachis, a seguir esperando.
    Un beso, guapo.
    Y muchas gracias, de corazón.

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  6. La mala es mi otro yo, tu eres el que comparte mi secreto, eres como el amigo del superheroe, asi que guardame la identidad, que aqui es donde sacaré precisamente a esa que nombras, LA MALA...JEJEJEJE.
    Me encanta que entiendas esta parte traviesa y deslenguada... gracias ;-)

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  7. Thriller político de pasada. Y a Ramón que se la suda. Él no es Jack Ryan precisamente.

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  8. Anónimo9:10 p. m.

    Me siento totalmente abatida, pobre Ramón debe estar totalmente perdido entre tanta trama, y él ajeno a todo y supongo que preguntándose donde carajos debe estar Sofía ¿?... voy al siguiente capítulo a ver que pasa, jeje
    Nos vemosssss

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  9. Anónimo11:26 p. m.

    No sé si recuerdo bien, que al principio cuando empecé a leer estos relatos, te dice que Marisa me caía fatal...y sigo opinando lo mismo.
    Ramón me da una cosilla...

    Envía Encontrar Sofía al 5577

    A ver si así salimos de la duda todos...

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  10. Anónimo11:27 p. m.

    cambio "te dice" por "te dije" que por lo menos así tiene sentido...

    Muas

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  11. Anónimo9:26 p. m.

    Juan José... si comento algo, por favor NUNCA lo tomes de forma negativa, porque sí escribo algo no es ese polo el que me define.
    Me encanto tu entrada, no conocia lo de los anti-nobel.
    Buenas Noches
    Milena

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