09 junio 2006

Las piezas se mueven

Desde aquella cena con los rusos había pasado ya demasiado tiempo. Ni los más pesimistas podían pensar que, transcurrido más de un mes, no se sabía nada de la persona que, al parecer, tenía todas las claves para satisfacer a todo el mundo.

Los contactos informativos entre las dos partes eran frecuentes, pero ya en las últimas se notaba que el trato era menos cordial; la impaciencia empezaba a hacer mella en el carácter de los rusos, que parecían más irascibles y desconfiados.

Los agentes británicos extremaron las precauciones; cautelosamente siguieron a la pareja de homólogos rusos, localizaron su casa, y espiaron sus movimientos, tomando buena nota de sus hábitos. Sorprendentemente, no invertían nada de su desconfianza en su propia seguridad, en la que se mostraban demasiado confiados .

En cambio, en el asunto que les ocupaba se sentían cada vez más nerviosos. En la última reunión se habían permitido la osadía de amenazar a los agentes británicos con represalias si la chica no aparecía rápido. Aunque habían conseguido calmarlos, explicando que ellos tenían tanto interés o más en que apareciera la mujer, este hecho consiguió que el director de la operación diera la orden de actuar.

Los movimientos fueron ejecutados con la minuciosidad exigida a los buenos profesionales que eran. Sigilosamente, aprovechando la ausencia de los rusos, entraron en su domicilio y fotografiaron los documentos, tratando de no despertar sospechas. Aunque necesitaban recuperar físicamente los papeles, sabían que su desaparición podía desatar la furia de aquellos hombres antes de tiempo.

Obtenida la información, el MI5 trató de velar por la seguridad de los implicados. Marisa y Ramón podían ser los represaliados, sobre todo este último, cuyo domicilio era bien conocido por los posibles agresores.

Los británicos se encargaron personalmente de entrevistarse con Ramón, sin recurrir a Marisa, que ya se encontraba por entonces a buen recaudo. El hombre que se encontraron era una sombra de sí mismo. Vestía un pijama manchado por varios sitios y totalmente arrugado, llevaba barba de varios días, el pelo sucio y desgreñado apenas era capaz de disimular las hondas arrugas que surcaban su frente. Sus ojos, ya de por sí no muy grandes, se encontraban hundidos en sus cuencos, bordeados por el círculo morado del sueño, y por sus mejillas quedaban los restos blanquecinos de antiguas lágrimas, similares a los de saliva que llenaban la comisura de sus labios. Olía a sudor y alcohol, a desesperación y derrota.

Escuchó la explicación de los agentes en silencio, con los ojos fijos en un punto indeterminado, los hombros caídos hacia adelante en una postura de clara dejadez. La guerra parecía no ir con él, pero haciendo un supremo esfuerzo se aseó un poco en el cuarto de baño, rellenó una bolsa con sus enseres imprescindibles y se dejó llevar hasta su nuevo destino: un pequeño piso alquilado en otro barrio de Madrid.

La siguiente reunión fue casi tan tensa como la primera. Los rusos mostraron de nuevo su cara calculadamente dura y fría. Hicieron pocas preguntas, las imprescindibles, y cuidaron mucho no perder los papeles esta vez. Los agentes del MI5 comprendieron que el tiempo se había agotado, y que los agentes tenían ya decidido pasar a la acción. Había que extremar las precauciones, y actuar con astucia y sigilo.

Mientras tanto, Ramón, en su nueva casa seguía con las viejas costumbres. El insomnio había degradado más su situación: al deterioro físico se le empezaba a sumar el psíquico. La falta de sueño y descanso acrecentaba su obsesión. Hablaba solo, a ratos lloraba sin sentido, otros, reía a grandes carcajadas; sentía una mezcla de lástima y desprecio sobre sí mismo, un sentimiento de culpa doloroso y humillante.

Una llamada telefónica le devolvió al instante la cordura, justo al mismo tiempo que los espías rusos tomaban al asalto su viejo domicilio. Al otro lado, pudo identificar la tan esperada voz de Sofía. Roto por la larga ausencia, aturdido por el anhelado acontecimiento, no consiguió entender más que la hora y lugar de su próxima cita. Sus palabras le sonaron cálidas y dulces, aunque escondían un tono de tristeza y amargura que Ramón no fue capaz de apreciar entonces.

Más tarde averiguaría por qué.

17 comentarios:

  1. Anónimo1:08 p. m.

    Vaya, pobre Ramón, jo, que penita me ha dado, uff.
    Un beso, guapísimo.

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  2. Anónimo4:17 p. m.

    Vaya tela con Ramón. Enamorado hasta la médula de Sofía y con una depresión de caballo por su desaparición...

    Menos mal que le llamase justo a tiempo de que se nos volviese loco.

    A ver que sucede...;)


    Un besote y buen fin de semana

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  3. Hola pequeño...

    Paso a saludar casi sin rozarte las mejillas al darte dos besos...el agobio me tiene presa en un mar de apuntes extraños...

    Espero estés y sigas bien.

    Besitos & Sonrisas secos

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  4. Anónimo7:54 a. m.

    Diosssss pero qué es esto?!!!
    me despisto unos días e inundas el blog con nuevas entradas. Ufff cuanto trabajo, y ahora no me queda ni un min. Cuando lo tenga vuelvo y me leo todas las novedades.
    Me temo que han pasado cosillas, pq claro no he leído nada, pero mis ojos que son un poco pícaros has hecho una pasada rápida sobre los comentarios y... uy, me da a mi que Ramón no está en su mejor momento.
    venga que tengas una buena semana.
    Queda pendiente mi visita.
    Un besazo
    Noelia.

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  5. Anónimo2:13 p. m.

    Pero hombre.... falto unos dias y me encuentro a este pobre Ramón hecho una piltrafilla humana... pero es que desde luego tiene que dar un canguis notable... ¡cuantas veces se habrá acordado de ese vagón al que se subió en aquella vieja estación hace tantos capitulos ya...! ¡Solo con haber montado en el de al lado la de quebraderos de cabeza que se hubiera ahorrado...! Pero es lo que tiene la cosa esta del vivir: un diminuto azar te coloca en un lugar determinado y a partir de ahí la vorágine te puede llevar a cualquier situación... de la que, solo quizá, otro azar sea capaz de sacarte.... o no, quien sabría decirlo. Vidas. Azares.

    Un abrazo.

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  6. Anónimo9:27 p. m.

    Hombreeee por fin!!! ooooeeeee oeoeoeeeeee oeeeeee oeeeeee....menos mal que apareció de una vez!!! ya creía que Ramón no sobreviviría a un capítulo más, mira que estaba hecho polvo, espero que esto lo anime y por qué no, que se de una buena ducha y se perfume un poco pq.... llegaba el olor hasta aquí, buahgjjj
    Anda que ahora si que nos has dejado con la miel en los labios...no tardes!!!
    venga majete, un besazo y hasta pronto!!

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  7. por?? cuenta, cuenta...
    No es que sea cotilla, soy impaciente... junta un puñado de estas negras para que sigan la historia que ya me tienes enganchada...
    Besos de colores, eso si oscuros como yo.

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  8. Anónimo9:08 a. m.

    Una buena copa, o dos; una conversación improvisada, o dos; una noche por delante, o dos; y un par de silencios por desvelar... sin prisas. Esta es la medida de todas las cosas buenas.
    Un saludo.

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  9. Anónimo12:45 p. m.

    BUSCAME EN: SI ALGUNA VEZ ME VES LLORAR NO PIENSES QUE ES DEBILIDAD... TE ESPERO...SERÉ BUENA.

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  10. Te he escrito un correo....A veces las explicaciones son extremadamente largas....
    jejejeje.

    femme fatale.

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  11. Anónimo11:07 p. m.

    Holillas Reno...!!!
    Queria que supieras que he regresado, como tu dices, me levanté y no queria dejar de pasar a seguir leyendote.
    He traido gotas de sonrisas nuevas para el café de la mañana, puedes pasarte siempre que quieras, lo sabes ¿verdad?

    Besitos astrales!!

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  12. Anónimo11:32 p. m.

    Sí, lo sabía; el mandar los sms ha ayudado bastante...eso sí, me he dejado una pasta!!

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  13. Anónimo12:41 a. m.

    Ains que penita Ramón...

    Por fin puedo entrar! he tenido problemas para hacerlo, quiero pensar que es porque la dirección de msn blogs ha estado de reformas y cuando esto sucede todo se ''descuajeringa'' besos y gracias por preguntarme.
    Estoy mejor del resfriado y de la espalda, espero que dure, jeje.
    Besos enormes!

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  14. Anónimo12:47 a. m.

    Tienes qu reconocer que el RAMON es un poco espeso...no?...un beso...ABRIL

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  15. Anónimo12:47 a. m.

    Tienes qu reconocer que el RAMON es un poco espeso...no?...un beso...ABRIL

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  16. ABRIL Espeso me parece un adjetivo excesivamente suave para calificarlo. No te cortes y ponlo a parir, que se lo merece.

    SARA Las potencias internacionales movilizan a sus servicios secretos para localizar una persona, que ni siquiera es Bin Laden, y tú con unos cuantos SMS lo arreglas. Te veo en Tele 5 la temporada que viene reclutando adeptos para que pinche Schumacker.

    CARLOS. Hay gente que se empeña en seguir en el mismo vagón aunque el tren vaya directo al infierno. A veces hay que parar y pensar: Y yo, ¿qué coño hago aquí?

    NOELIA. Ya no queda jabón ni perfume en casa de Ramón. Respira hondo, jajaja

    CONCHI, RAQUEL, ARWEN Uno puede estar enamorado hasta las cachas, pero hay que tener un poco de respeto por uno mismo y no abandonarse así.

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  17. Anónimo9:06 a. m.

    Cuesta de digerir ,cuesta..pro una vez se acepta que esa persona ya no entra en tu vida se cierra ese circulo....un beso ABRIL

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