06 noviembre 2016

Lo que me rodea



Escrito para el Viernes Creativo de Escribe fino. La imagen es propia y está tomada en Matera (Italia)

Escribo para no enloquecer, para no caer en un abismo sin fondo, para rebajar el alcohol con el que froto mis heridas. Arrastro los dedos por el teclado mientras encuentro frases a las que agarrarme y cuando no, bebo hielo aguado con regusto a whisky.

Trato de arrancarme las telarañas que llevo dentro y depositarlas entre las líneas de algún texto, pero lo que ocultan aquellas es todavía demasiado oscuro. No consigo crear luz con palabras, extraer las tinieblas con párrafos o con versos y le grito al vaso semivacío, como si él fuera culpable de ser insípido, como si tuviera la capacidad de eliminar su mediocridad de alguna forma, pintando un cuadro abstracto o componiendo música que hablara de desamor, de odio, de desilusión, de pobreza, de desamparo o de amargura.

Intento buscar después otro culpable inanimado: mis calcetines fríos, un jarrón lleno de polvo, los platos por fregar en la cocina, la bombilla fundida del pasillo. Cuando ya no queda nada con lo que cebarme, acude a mí tu recuerdo, como una diana fácil a la que pudiera arrojar todos mis dardos; pero conservo una imagen tan distorsionada de ti, que se me antoja un sueño o una historia contada por alguien que le ha pasado a otros, ajena a mí como ya lo son el licor y los muebles.

A punto estoy de cerrar la tapa del portátil y dejarme engullir por el vacío circundante. Sin embargo, sigo sentado y escribo.


-.-

4 comentarios:

  1. Una excelente decisión, la inspiración viene y va como un paseo por la inmensidad del alma.

    Un abrazo.

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  2. La escritura, aun arrastrándonos, nos salva.
    Bicos!

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  3. Escribimos porque nuestros hijos no se interesan por nosotros. Nos dirigimos a un mundo anónimo porque nuestra mujer se tapa los oídos cuando le hablamos. Es precisamente la falta de contenido vital, ese vacío, el motor que nos obliga a escribir. La soledad generalizada produce la grafomanía masiva al mismo tiempo confirma y aumenta la soledad general. El descubrimiento de la imprenta hizo posible en otros tiempos que la humanidad se entendiese mutuamente. En la época de la grafomanía generalizada la escritura adquiere el sentido contrario: cada uno está encerrado por sus letras como por una pared de espejos que no puede ser traspasada por ninguna voz del exterior; el motivo de la hipertrofia y el vaciamiento del lenguaje en la polaridad de la grafomanía y el silencio. A partir de ahí, nos damos cuenta de que la hipertrofia de la escritura proviene de la soledad del hombre, de la falta de contenido y acción vital, de la vana ansia de comunicación humana. Hay escritores que tienen la censura en casa, pero lo disimula clamando contra el sistema, cuando la verdad es que el sistema nunca se ha ocupado de nosotros. Un escritor es algo extraño. Es una contradicción y también un sinsentido. Quien habla no es quien escribe, y quien escribe no es quien es.Nunca escribimos sobre lo que creemos escribir, sino sobre nosotros mismos. Uno siempre escribe para poder parecerse a lo que escribe. Escribo para salvarme de mí mismo. Sólo somos lenguaje y emoción pasajera de la vida.

    No creo que todo esto sirva de consuelo, amigo mío, pero escribir es eso, y los que tienen suerte se hacen millonarios con toda esta mierda.

    Un fuerte abrazo.

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