08 marzo 2006

Lágrimas doradas



Marisa no perdió el tiempo. Descolgó el teléfono y tecleó una extensión que conocía de memoria. Reconoció en seguida la voz de un amigo, una de las personas más influyentes de la embajada, aunque ya medio retirado. Llevaban cerca de 10 años trabajando juntos, y su relación era más bien esa sólida amistad que a menudo nace entre el maestro y su mejor alumna.
Le pidió verlo enseguida, a sabiendas de que la respuesta iba a ser afirmativa, a menos que algún compromiso de última hora se lo impidiera. Era su ojito derecho, y nunca desperdiciaba la oportunidad de verla.
La alumna aplicada cumplió el protocolo previsto. Llamó con los nudillos un par de veces, y se quedó esperando la autorización para entrar, pero ya dentro no se andó con rodeos. Una exposición ambigua o temerosa le hubiera molestado viniendo de su parte. Demostraba falta de confianza. Así que fue breve, pero clara y concisa, despertando en el maestro la sonrisa de satisfacción del artista que observa de lejos su mejor obra.

- Así que están investigando a esa mujer, dijo. ¿El MI5? No me extraña. Yo también he hecho averiguaciones. La cosa está que arde, el momento político es muy delicado aunque no lo parezca. No todo es la guerra de Irak. También hay mucha tensión en Rusia, con los chechenos por medio, las viejas tensiones entre India y Pakistán, Yugoslavia, los terroristas islámicos... Hay muchos frentes abiertos. Buenos tiempos para los espías. Y, de repente, el subnormal de nuestro jefe se lía con una mujer que es un total misterio. No tiene historia, ni papeles. Nadie la conoce, y lleva una vida acomodada, incluso lujosa, aunque tampoco trabaja. ¿Tu qué pensarías?

- Que está protegida por alguien.

- Exacto. Y este tipo de protección sólo se concibe para alguien importante que se ha metido en un buen lío, o para un espía, pero estos últimos suelen estar documentados. Tienen papeles, falsos pero papeles. Pero ahora que veo tu interés, es posible que necesite tus servicios una vez más.

- Ya sabes que me tienes a tu disposición.

Y Marisa se encargó durante tres largas semanas de aprovechar cada visita de algún mandatario británico a cualquier lugar del mundo para elaborar documentación confidencial, que invariablemente desaparecía durante algunos días de los lugares secretos donde se guardaban. Así descubrieron que la mujer era realmente una espía, y pusieron en entredicho al embajador.
Averiguaron más cosas. Tenía un contacto ruso, y ella dominaba también ese idioma, pero ninguno de los dos estaba fichado, y parecía comprobado que no pertenecían a los servicios secretos de ese país.
El embajador, por otra parte, fue investigado a fondo. La documentación sustraída no parecía muy importante, no existían grandes intereses económicos enmedio. Se descartó la posibilidad de la traición y se apostó finalmente por el encoñamiento. En una reunión discreta se lo hicieron ver y su mundo le cayó a los pies. Parece que lo enviaron a una embajada africana de agregado cultural. Lástima de carrera diplomática.
Marisa terminó su narración y se encogió de hombros, como invitando a que Ramón le contara algo.
Pero al hombre le entró de repente una sed repentina. De un trago apuró toda la copa, y se quedó mirando a Marisa con ojos vidriosos. Ella le devolvió otra mirada, mezcla de temor y de ternura, mientras le suplicaba:

- Ramón, por Dios. Aléjate de ella. Esa mujer es peligrosa.

Y él quiso callar lo que decía con todo su cuerpo, pero finalmente no pudo, expresando con lacónica angustia las palabras que sabía iban a sentar como una puñalada a su amiga del alma:

- No puedo, Marisa. No puedo.

Marisa se había acostumbrado ya hacía tiempo a encontrar muchos detalles en las algunas veces escasas palabras de Ramón. Entendía sus gestos, sus miradas, sus expresiones, hasta su forma de vestir. Pero hasta ese momento nunca tan pocas palabras habían significado tanto, jamás había sentido como se le clavaban en el alma una a una todas las sílabas de una frase.
Hubiera querido llorar pero su orgullo se lo impedía. Se tomó algo de tiempo antes de volverle a mirar, pegando un trago largo y suave de cerveza, dejando que su sabor ligeramente amargo resbalara por su paladar con los ojos cerrados. Era su manera de llorar hacia adentro.

Tiempo tendría después de hacerlo hacia afuera.

14 comentarios:

  1. Anónimo7:09 p. m.

    Definitivamente... ¿cómo lo haces? Cada día estoy más enganchada, cada día siento más empatía por Marisa, cada día me apetece leer un poco más... no pares!
    Besitos varios

    ResponderEliminar
  2. Anónimo12:27 p. m.

    Bueno, al menos todos reconocen que son masoquistas. Ya sabemos oficialmente que la muchacha no es trigo limpio, pero Juanjo sigue queriéndose meter en la boca del lobo libre y voluntariamente.
    Y Marisa también sabe que su corazoncito sufre con estas citas, pero las sigue teniendo.
    Yo sigo quedándome con las ganas de más cada vez que leo una entrada, pero aquí que sigo viniendo.
    Saludotes.

    ResponderEliminar
  3. Anónimo6:31 p. m.

    Es un halago que tú, con tu don para la narrativa, valores uno de mi post, surgido en un momento de desazón gracias a la ilusión que me produjo el regreso a la infancia y a los misterios que siempre nos fascinan desde la inocencia.
    Intentaré buscar una foto para que, al menos, sepas como es.
    Un beso muy fuerte.

    ResponderEliminar
  4. Anónimo9:31 p. m.

    que tan sólo dos palabras signifiquen y duelan tanto.... no puedo dijo Ramón, y supongo que Marisa se quiso morir. Vaya puñalada al corazón.
    Juanjo me encantó tu descripción de lo que sintión Marisa, de sus lagrimas para adentro, que bien hiciste para mostrarnos con tanta claridad esa sensación de angustia y desgarro cuando te das cuenta que por quién tú mueres, muere por otra persona.
    Muy bien, de verdad. Desde que leí tu nueva entrega, quería decirte algo, de hecho he vuelto en estos dos días varias veces a visitarte, pero no te escribía nada, supongo que tu escrito me dejó algo conmocionada, como para poderte escribir justo después de leerlo.
    Venga guapo, cuídate mucho y sigue escribiendo.
    Besos. Noelia.

    ResponderEliminar
  5. Anónimo10:02 a. m.

    Hola! La verdad es que la historia se pone interesante... ¿Cómo logras mezclar tantos temas y a la vez escribirlo de forma tan amena que te dan ganas de seguir leyendo? Es como para escribir un libro... ;)

    Un besazo

    PD: Gracias por tu firma en mi "frikimapa"

    ResponderEliminar
  6. Anónimo9:58 a. m.

    Sí que tienen que doler sí.
    Pobre Marisa y pobre Ramón.

    Será guarra la Sofía esa?? recuerdas que te dije que conocí a una tal Sofía? Pues es igual de bicho...

    ResponderEliminar
  7. Ja, ja, ja... Me parto con Sara.
    Gracias, por la visita, vecino. Ahora en tu espacio me pasa al contrario que antes, que es más fácil de formular un comentario que en los otros.
    Saludotes.

    ResponderEliminar
  8. Anónimo8:11 a. m.

    Es bonita la comunidad que se ha montado en torno a tus historias...
    Y sí, el sofá es comodíiiiisiiiiimooooo y enooooormeeee, por lo que estoy encantada!!! Aunque voy a tener que cambiar todos los muebles del salón para hacerle hueco...
    Un beso muy fuerte.

    P.d. Muchos me dicen lo mismo sobre mi nivel de actividad, pero es que si paro, me deprimo. Soy feliz así, a mil por hora...
    Más besos

    ResponderEliminar
  9. Anónimo9:35 p. m.

    Hoooola Juanjo!!!! Gracias por tu comentario. Pues te diré que yo he acabado hoy en urgencias, pq me han echado del curro. Yo creo que es que ya les picaba todo a todos, nada más de verme, jajaja
    Me han dicho que es una urticaria :-s, y me han metido dos peazos de inyecciones en el culete que voy coja. No se puede tener todo!!
    En cuanto a lo del día especial-festivo particular de cada uno, tienes toda la razón. Por decreto debería ser festivo, para cada persona, el día de su cumple, el día de su aniversario con su pareja, el día de los cumples de sus hijos, jeje y además uno o dos más días totalmente especiales y de libre elección. Joeer pq no me habrán puesto a mi de ministra de trabajo? vamos en esto momento como minimo los franceses me votaban, jajaja
    Venga un besazo y gracias por tus paseos por mi espacio, me encanta que vengas. ;o)
    Un beso guapo. Noelia.

    ResponderEliminar
  10. Anónimo11:04 p. m.

    El Enshurdigon va entre la cena y la fiesta...Una historia demasiado tonta y larga para contar.
    Jajaja

    ResponderEliminar
  11. Anónimo11:33 p. m.

    Sí me han echado del trabajo para que fuera al hospital, pero mañana y pasado y al otro tengo que volver, jajaaja Bueno, pasado y al otro no, pq es finde, pero el lunes sí, jajajaa
    Sí me echaron pq ya estaban todos rascándose y de los nervios de verme a mí,jeje
    o me iba yo o creo que se hubiesen ido ellos.
    Oye y ahora que estamos solos, jeje, una cosilla que siempre me ha intrigado, por qué carajos, uops perdón por la expresión, en tu listas de blogs aparece el título del mío en otro color??? Es que Androide Paran. también se ha cambiado a este formato, y me pasa igual, mi blog sale de otro color.
    ¿Que pasa que soy la oveja negra de la familia o qué?
    jajaja
    Venga me voy que mi almohada se siente sola sin mí. ;o)
    Na nit Juanjo, Noelia.

    ResponderEliminar
  12. Dime...¿de qué sirve llorar lágrimas de plata si bastante dolorosas son ya las saladas?

    Besitos & Sonrisas...

    Me gusta que resucites de tus silencios de vez en cuando...

    ResponderEliminar
  13. Anónimo2:34 p. m.

    Claro, acerca el oído...

    ResponderEliminar
  14. Anónimo6:36 a. m.

    Hey what a great site keep up the work its excellent.
    »

    ResponderEliminar