15 noviembre 2006

Ojos Negros (II)
















El camino discurría rectilíneo, sin apenas alteraciones, con una pendiente muy suave; aunque la monotonía se interrumpía de vez en cuando con la aparición de pequeños túneles que, pese a lo que se anunciaba a la entrada, apagaban la escasa luminosidad que proporcionaban la luna y las estrellas. El sonido, atenuado por las gruesas paredes, se reducía a la mínima expresión, y se notaba también una pequeña disminución de la temperatura. Era como entrar en otro mundo.

Fue en uno de estos donde pasó todo. El túnel tenía una ligera curva a la izquierda, y su longitud permitía en un pequeño tramo disfrutar de una oscuridad total, pues no quedaban al alcance de la vista ni la entrada ni la salida del mismo.

Ricardo estaba de pie, quieto pero relajado, disfrutando de la inmensa paz que le producía la ausencia de luz, de ruido y la fresca humedad que enfriaba su acalorado cuerpo. Dejó que su respiración se serenara, que sus latidos disminuyeran su intensidad y frecuencia hasta hacerse prácticamente imperceptibles. Sus sentidos se agudizaron: comenzó a captar detalles de la mole rocosa que formaba el túnel, pudo distinguir y tocar alguna brizna de musgo que sobrevivía a duras penas, y comenzó a distinguir algunos sonidos.

Le llamó la atención el sonido de la respiración, que le pareció algo más agitada que antes. Era extraño, porque se encontraba muy tranquilo y sereno. Fijó la atención, aguzando el oído aún más, y percibió claras diferencias con su respiración normal; le pareció distinto incluso el ritmo producido por el aire al abandonar de golpe las fosas nasales. Esa no era su forma de respirar. No cabía duda: en el túnel había alguien más.

Las escasas dudas se disiparon cuando escuchó el inconfundible golpe producido por el calzado al comenzar la marcha. Aunque tímidamente, el otro ocupante del recinto había reemprendido el paseo, y se dirigía hacia él.

Pero, de repente, mientras esperaba ansioso encontrar el dibujo de una silueta acercándose hacia él, un intenso temblor le recorrió de los pies a la cabeza, y notó que la adrenalina ponía su corazón a cien.

11 comentarios:

  1. Anónimo2:35 p. m.

    Aaaaggg! en lo más interesante lo cortas!! cagonlamarsalá!
    Venga, a esperar impaciente la siguiente entrega.

    Besos Juanjo.

    ResponderEliminar
  2. Anónimo12:22 a. m.

    Joder Juanjo!, no me dejes así, cojones.

    ResponderEliminar
  3. Acojona, sí. Me encantan los momentos cliffhanger de este blog. Como buen serial.

    ResponderEliminar
  4. Anónimo9:20 a. m.

    Veo que como a todos a mí también me dejas en suspenso...

    Un abrazo
    1OOOena

    ResponderEliminar
  5. Anónimo8:48 p. m.

    Últimamente en mi casa se escuchan ruidos raros; provienen del techo. Vecinos no pueden ser, porque mi casa es una unifamiliar y aunque arriba tengamos una habitación, haya o no gente en ese cuarto, los ruidos se siguen oyendo. No sé si son pasos al 100%, pero lo que sí tengo claro, es que se escuchan cosas arrastrarse, pasos, en fin vida en el techo.
    Tal vez sean pajaritos o ratillas, pero...pues desde entonces, tengo manía persecutoria que lo flipo.
    Yo acostumbraba a dormir con la cama repleta de peluches, pero es que noto que incluso me respiran, forman sombras raras, me miran fíjamente y entre los ruidos del techo, el ruido del frigorífico que con la idea magnífica del no frost (pega cada chasquido para no formar hielo que no veas...) y mis peluches asesinos, no hay quien duerma.
    Lo mío se soluciona encendiendo la luz, pero vamos, no quisiera yo estar en el pellejo del pobre Ricardo...

    Y después de esta milonga, un besito grande.

    ResponderEliminar
  6. Anónimo3:02 p. m.

    Un besete de domingo para toda la familia ;)
    En navidad vuelvo a casa por unos días, como el turrón :) jajaja.

    ResponderEliminar
  7. Anónimo9:08 a. m.

    Es curiosa esa sensación de no saber, por un momento, si la respiración que oyes es la tuya o la de otro, Yo creo que todos la hemos tenido en algún momento y a fe mia que es bastante desconcertante. Claro que siempre te queda el viejo truco de contener el aliento y seguir escuchando a ver si se oye algo. Justo lo que me ha pasado a mi con tu entrega de esta vez: solo que yo contenía la respiración de suspense y no por la duda... ja ja ja... ¿que será, será...?

    Un abrazo

    ResponderEliminar
  8. Uffff! Miedo... Yo que pensaba que era una historia de amor XD Cada loco con su tema, jejeje.

    Bueno, ya está hecho el examen... A ver que tal ahora...



    Un besazo

    ResponderEliminar
  9. Anónimo10:01 p. m.

    me dejas en ascuas con una sensación muy parecida a la que imagino que se le habrá quedado a todo el mundo al leerlo... esto es lo que me molesta de las historias por capítulos... jos!
    que conste que la leí ya el otro día (pero no pude comentar, porque me daba fallos)... volverla a leer, no mejora las cosas.
    Un besito impaciente

    ResponderEliminar
  10. Anónimo10:37 p. m.

    UUUUFFFFFFF. Permanezco a la espera, te visitaré pronto.
    Un beso, mi rey.

    ResponderEliminar
  11. Anónimo9:27 p. m.

    ¿Dónde te metes? ¿todo bien?

    Un besote

    ResponderEliminar