15 noviembre 2007

Tomando una copa


- Hola, señor Resaca -dijo, con una sonrisa deliciosamente irónica- ¿Haciendo méritos para la siguiente? -espetó, mirando mi copa con descaro-
- Bueno... , supongo que el otro día no estuve demasiado correcto.
- ¿Correcto? Correcto, sí, muy correcto. Con un poco de acidez, es cierto, pero eso me encanta. Además, no me extraña demasiado con los brebajes que te tomas. Mañana tampoco te iré a visitar.
- Me temo que no te serví de ninguna ayuda -dije tratando de disculparme-
- No sólo no me serviste de ayuda, sino que además me lo dejaste bien clarito. Y ahora, ¿vas a cambiar de opinión, o me vas a invitar a una copa? -dijo muy seria-
- Las dos cosas. ¿Qué quieres?
- Lo mismo que tú, supongo -sonrió maliciosa, observando el encaje que yo hacía del doble juego de sus palabras-
La última frase había conseguido recuperar algo mi dañada moral, creciendo la esperanza de sacar algo positivo del encuentro. Disimulé como pude mi satisfacción y pedí al camarero otro gin-tonic, como él los preparaba, con su pequeño chorrito de limón, y otro tanto frotando el vaso para fijar unos granos de azúcar, corto de ginebra, con poco hielo pero la tónica muy fría.

Tenía muchas ganas de agradar, una voluntad firme de borrar la mala impresión del primer día, y lo quise conseguir con una mezcla de mentiras y medias verdades. Así, le dije que, después de su visita había investigado, acudiendo a hemerotecas, secretos confidentes, y otros medios poco confesables, averiguando que Sergio había muerto a la mañana siguiente de un infarto de miocardio. Ella pareció muy afectada y la sonrisa cínica se le borró del rostro. Tras un incómodo momento de silencio, tomó la palabra, aunque se le notaba que le costaba mucho esfuerzo hablar, pues estaba conteniendo unas lágrimas que luchaban por aflorar desde sus enrojecidos ojos.

- Pobre, pobre Sergio. No me imaginé que podía ser tan grave la caída.

- No fue de la caída, Concha. Se hubiera muerto allí mismo. Algo debió de impresionarle mucho dentro del cementerio.

- Pues no sé. No vi nada cuando yo volví donde nos encontrábamos. Si él observó algo más, se lo ha llevado a la tumba, así como el secreto de Pernales.

- Yo creo que no llegó a descubrirlo -dije, no muy convencido-

- No sé; pero en ese caso tiene todavía más sentido averiguarlo. ¿Me ayudarás?

Y yo, claro, no me podía negar.

16 comentarios:

  1. Hacer encajes, doble juego de palabras...eso me gusta.
    A mi este tipo me cae bien, no solo eso,creo que hasta siento ternura. Pero si es un bobito
    por mas que se haga el duro.
    Ains

    PD: Quiero acción, quiero acción

    ResponderEliminar
  2. Anónimo9:26 a. m.

    Mi vida, no es más que un chupito de vodka cargado…
    PD: silenciosa transcurre la historia, mientras se cubre con unas finas sabanas encajadas en misterio.
    (Quizá un pequeño Principito)

    ResponderEliminar
  3. Anónimo11:25 a. m.

    Ey... resulta sarcástico morirse en un cementerio. Si no fuese por los trámites forenses, resulta divertido ese "directo al hoyo".
    Saludos

    ResponderEliminar
  4. Anónimo7:40 p. m.

    No me podía negar, dijiste.
    ¿Querrías negarte?
    Se sincero.

    Un beso y a ver si nos centramos que vamos de resaca en resaca y tiro porque me toca

    ResponderEliminar
  5. Anónimo11:14 a. m.

    Uhmm...esto está lleno de misterio...y de resaca...
    Un muerto en un cementerio...
    Creo que necesito saber más.

    Quién era Sergio?
    Quién es Concha?
    Siempre es tan tiquismiquis a la hora del gin-tónic?
    Volveré para averiguarlo...

    Besos!


    Äfrica

    ResponderEliminar
  6. Anónimo4:44 p. m.

    Hola Juanjo:
    He estado despistada mucho tiempo.
    Mea culpa!

    Mis resacas son de agua de Lanjarón y bombones, es lo más fuerte que puedo tomar.

    Voy a visitarte más a menudo. Un beso y disfruta tu fin de semana.

    ResponderEliminar
  7. Anónimo12:42 a. m.

    Hola, mi niño. Si es que no se te puede dejar solito... unos días que falto y te has puesto las pilas escribiendo... Hoy te dejo un besito y prometo volver para ponerme al día...
    Otro beso, meu rei.

    ResponderEliminar
  8. Anónimo10:28 p. m.

    No, desde luego que no puedes negarte.
    Besos.

    ResponderEliminar
  9. Anónimo1:16 p. m.

    Sólo vengo a dejarte un abrazo.
    Raquel.

    ResponderEliminar
  10. Yo tampoco me hubiera negado...
    Me encantó lo del "encaje del doble juego de palabras"!!

    Y me gusta el nuevo look de tu página, me costo volver a dar con tu página después de los problemas en mi pagina de MSN (ahora me pasé a tu bando del blogspot)...
    Un abrazo enorme.
    ANA

    ResponderEliminar
  11. Anónimo6:21 p. m.

    Esta vez venimos Kawai y yo a darte las gracias por participar de nuestra unión, xDDD!
    Muchas teclas? Sí, igual que todosss! Hombressss!....quiero decir, Pianosssss!
    jajajaja!


    Un beso, tómate un gin tonic, invito yo, por la fiesta! :D


    Äfrica

    ResponderEliminar
  12. Anónimo6:05 p. m.

    Tienes razón.
    He comprobado a veces que mi impasibilidad puede hacer perder los papeles al otr@ o mejor aún, desarmarle que es mejor.
    Un besazo, JuanJo.

    ResponderEliminar
  13. Que sepas que vengo a ti para darte una reprimenda.
    Continua con la historia, no me tardes tanto please que si no pierdo el hilo conductor-conductusioso.
    Escribe ¿Si?
    Ya se que vas sin tiempo pero un ratito ¿No tienes ese ratito?
    Te dejo un besuco pa ver si con eso te inspiro o te expiro, quien sabe que cosa la que pueda producir en ti.
    Voy echandote de menos, que lo sepas

    Muacks, tu Aniuska la loca

    ResponderEliminar
  14. no si ya digo... que me estás matando de la angustia de no leer pronto el final guapo... que no hay justicia jijijijijijiji
    Un beso guapo

    ResponderEliminar
  15. Anónimo8:17 p. m.

    Disfruta tu fin de semana Juanjo.
    Un besote fuerte.

    ResponderEliminar
  16. estarás disfrutando de lo lindo alargaaaando tanto la historia no??
    jajajaj :P, bueno bien sabes que me encanta, yo tampoco me puedo negar a seguir leyendo.

    ResponderEliminar