"Salamanquesa: el viaje", 200x160 cm. Mosaico sobre pared. 2006
Obra de LaMariolaPara un niño aburrido como yo, el combate que se avecina tiene mucho más interés que el transmitido por un locutor demasiado monótono. Es la estrategia de un cazador nato mostrada en vivo y en directo. El cazador permanece inmóvil durante unos minutos interminables, en los que yo no me atrevo ni a parpadear. La presa está todavía demasiado lejos. Cuando mi retina empieza ya a fijar la posición del reptil, cuando su cuerpo grisáceo comienza a confundirse con el blanco sucio del techo, sus pasos cortos y rápidos consiguen sorprenderme y doy un salto en la tumbona. En la
tele, el gong anuncia el undécimo asalto.
La salamanquesa se ha detenido a pocos centímetros de su presa y permanece así unos segundos más. La imagino calculando el tiempo que necesita para dar su golpe mortal, buscando el mejor ángulo para sorprender a su contrincante. En el
ring, Evangelista tiene al suyo en el suelo y comienza la cuenta atrás. Por un momento, la caja tonta acapara toda la atención. En la terraza, hasta mi abuela aguanta la respiración esperando el fin de los diez segundos fatídicos.
Cuando el árbitro levanta la mano del campeón, mi vista se dirige rápidamente hacia el techo. Sólo me da tiempo a ver cómo el reptil se esconde de nuevo entre las sombras.
-.-
Un relato estupendo que, como voy retrasada en las lecturas, he podido leer del tirón (las dos partes). Me gusta como mezclas las dos historias, la de la tele y la de la salamanquesa. Y me gusta la colocación de personajes: tu hermana, tu abuela, tú de niño...
ResponderEliminarDa gusto leerlo.
biquiños,
Hola Juanjo, no me importa que uses la imagen de la salamanquesa, gracias por preguntar y mencionar la fuente.
ResponderEliminarLa mia no me la imagino de caza sino tomando el sol plácidamente en una rica y suave tarde de septiembre. ;) Un saludo. m
Excelente caza la de la "señorita". Solo imaginarlo tengo la piel erizada, no me gustan nada. Mira que son "feucas" las pobres. ¡Ojalá las de mi jardín fueran tan coloridas y bonitas como las de LaMariola.
ResponderEliminarJuanjo un placer, siempre.
Besines grandes.
Me gusta cómo has fundido la escena el combate de boxeo con el acecho de la salamanquesa.
ResponderEliminarAl final, las luchas se solapan y confunden la noche, cuando todo termina incluso para los vencedores.
ResponderEliminarme gustó volver y charlar con tus palabras.
Una sonrisa
Hay un texto que leí hace tiempo, de Julio Cortazar... creo... que hablaba de la belleza de una gota.
ResponderEliminarComo tu salamanquesa
Besicos
Me ha encantado tu relato, y me gustan las salamanquesas, son unos bichejos la mar de simpáticos, además se comen a los mosquitos, jeje.
ResponderEliminarBesos.
Tendre que ponerme al dia en tus relatos que pero como siempre son fantasticos
ResponderEliminarYo de niña cazaba salamanquesas y como todo niño de bien le cortaba la cola para ver si era verdad que no pasaba nada.....Y luego hablan de lo bruto que es el boxeo.
ResponderEliminarUn abrazo, como dicen en algún comentario, bien traida y bien llevada la consonancía entre las dos historias, tan diferentes y tan iguales
Qué bonito cuento. Tú y to debemos de ser de la misma edad, de los tiempos en que peleaba Evangelista y uno jugaba a observar de reojo a las salamanquesas
ResponderEliminar¡¡Hola Juanjo!!
ResponderEliminar¡¡Qué bien que se te ocurrió pasar por mi blog!!
Así vuelvo a tenerte sobre la pista que desde hacía tiempo había perdido de ti.
Y te encuentro no se cuantos años atrás, en una aburrida y cálida noche de verano, haciendo crucigramas, viendo de reojo un combate de boxeo y persiguiendo con el otro "reojo" a tu familia y a una salamandra en plena cacería...
¡¡Cuídate esas vista!!
¡¡Demasiados frentes abiertos para sólo dos ojos y estar tan aburrido!!...ja,ja,ja.
Como siempre un placer, Juanjo.
...y es que, a fecha de hoy, tal vez las escenas de caza "depredador-presa" de naturaleza más en estado salvaje y real (vivo y directo) que jamás yo haya presenciado... son precisamente esas...
ResponderEliminar...y que, caminar en la noche veraniega, por el casco antiguo, mirando embobado a las paredes de dónde nacen los faroles, en busca de otra escena de cacería... de lo mejor del verano...
Abrazo.
Jose.
Menudo juego de depredadores presa. Si lo aplicásemos al capitalismo...
ResponderEliminarLa verdad es que son dos combates paralelos. El de la salamanquesa es mucho mejor que mirar documentales en la 2, jeje!
ResponderEliminarCreo que el niño tiene menos paciencia que el bicho, por eso se despista y se pierde ese final espectacular en el techo.
Yo no me lo habría perdido, no hubiera mirado el boxeo nunca.
:D
Un beso
Lala
Una noche de verano, sí señor, imposible otra estación y recrear una situación semejante.
ResponderEliminarCasi casi os he visto, a ti y a tu abuela y a ella en silla mecedora ¿ o no?
¿Qué será de evangelista? De la Salamandra seguro que tenemos descendencia...
un beso
Tienes un pasatiempo de lo más peculiar.
ResponderEliminarEscribir, digo :) y escribir bien.
Abrazos
Verdaderas cacerías hacíamos con las pobres. Algún rabo roto, pocas vísceras, y un montón de desconchados en las fachadas.
ResponderEliminarHola Juanjo, ya de nuevo por estos lares...
ResponderEliminarHe ido primero a leer la primera parte. Me has transportado con tus letras a la villa de mis tios cerca del Grau e imaginaba cada escena detallada alli, incluso he estado a punto de apartarme por si el minúsculo reptil caia jajaja.
Mil sonrisas
Precioso relato.
ResponderEliminarMe encantan las salamanquesas ... mira que se las tiene manía. Yo me habría quedado mirando su caza seguro, lo de la caja tonta no capta mi atención. Además, no se puede estar a todo o nos perdemos el detalle más importante ... ese "gesto" vital.
siempre es un placer volver a leerte... volver a "vivir" tus letras... Un abrazo de nuevo!!!
ResponderEliminarComo niña de pueblo que soy, me reconozco en el lance.
ResponderEliminarMuy bueno, amigo.
Me encantaba cortarles la cola y ver como ésta seguía moviéndose...
ResponderEliminarBesos, Juanjo.
¡¡Pero Juanjo!!
ResponderEliminar¿Te has vuelto a ir de vacaciones o te perdiste en la máquina del tiempo?
¡¡Ale, que te estamos esperando!!
besos
ternura en las palabras
ResponderEliminarremembranzas de bellas noches de verano en piel de niño
suspenso entrecruzado entre el ring televisado y el del techo en vivo y en directo
además pinta una época, que quizás ya no se viva compartida en la terraza y en familia
me gustó mucho
cariños
Al final me liaste y, nada más irte, me saqué de la manga un micro del color del azabache. Cuando lo leas, ya me dirás lo que te parece.
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