Son las doce horas, un minuto y quince segundos. Demasiado tarde. Me he dado cuenta de la hora justo cuando el pitido del microondas avisaba que tenía listo mi café recalentado. ¿Y si llamo? Es verano y seguro que se van más tarde a dormir.
Mañana tengo que entregar un informe y no lo tengo ni empezado. La pila del lavabo almacena un plato por día de la semana, siete pares de cubiertos, siete cucharillas, tres tazones de leche, un vaso y dos ceniceros. Las sartenes, que no caben, esperan en el banco repletas de grasa. ¿Estarán despiertos?
Un pitido suena en el portátil. Mierda, ya me he vuelto a dejar el chat encendido. No recuerdo si al café le he echado azúcar. El cesto de la ropa sucia rebosa de camisas sudadas y pantalones de lino. Ahora que pienso, seguro que están dormidos. Mañana vuelven.
En menos de doce horas estará aquí Laura con los niños. No puede ver la casa así. El portátil sigue pitando. Quien sea, no se resigna a mi silencio. Marco los nueve números del móvil de Concha.
- ¿Don Juan? ¿Pasa algo?
- Nada, Concha, no pasa nada. Sólo quería hacerle una pregunta: ¿trabaja por las noches?
- No suelo hacerlo y, además, estoy de vacaciones, le recuerdo.
- Por favor, Concha, se lo ruego.
- ¿Qué? Mañana viene la señorita y está todo por barrer, ¿no?
- Qué lista eres, Concha.
- Esto le va a costar una pasta, jefe.
En media hora vendrá Concha. Parece que no hay tantos platos en la pila. El ordenador ya no suena. Comienzo a redactar: introducción, objeto del documento...
Va a ser una noche larga. Y el café ya está frío.
Mañana tengo que entregar un informe y no lo tengo ni empezado. La pila del lavabo almacena un plato por día de la semana, siete pares de cubiertos, siete cucharillas, tres tazones de leche, un vaso y dos ceniceros. Las sartenes, que no caben, esperan en el banco repletas de grasa. ¿Estarán despiertos?
Un pitido suena en el portátil. Mierda, ya me he vuelto a dejar el chat encendido. No recuerdo si al café le he echado azúcar. El cesto de la ropa sucia rebosa de camisas sudadas y pantalones de lino. Ahora que pienso, seguro que están dormidos. Mañana vuelven.
En menos de doce horas estará aquí Laura con los niños. No puede ver la casa así. El portátil sigue pitando. Quien sea, no se resigna a mi silencio. Marco los nueve números del móvil de Concha.
- ¿Don Juan? ¿Pasa algo?
- Nada, Concha, no pasa nada. Sólo quería hacerle una pregunta: ¿trabaja por las noches?
- No suelo hacerlo y, además, estoy de vacaciones, le recuerdo.
- Por favor, Concha, se lo ruego.
- ¿Qué? Mañana viene la señorita y está todo por barrer, ¿no?
- Qué lista eres, Concha.
- Esto le va a costar una pasta, jefe.
En media hora vendrá Concha. Parece que no hay tantos platos en la pila. El ordenador ya no suena. Comienzo a redactar: introducción, objeto del documento...
Va a ser una noche larga. Y el café ya está frío.
-.-
¿Quién te ha dado permiso para hablar de mí?
ResponderEliminarSonrío.
Yo creo que si viviese sola sería un poco "rodríguez". De hecho, en pequeñas vacaciones, me encanta saborear el deleite de la desorganización, del caos y del anacronismo.
ResponderEliminarBesetes,
Yo tenía un amigo a quien un par de chicas le limpiaban la casa, ligeritas de ropa, cuando al final del verano, su madre volvía de vacaciones.
ResponderEliminarMi hermana es así, mi hermano en cambio no, ambos viven solos, tienen un pisito de soltero cada uno. Yo creo que ni calvo ni con tres pelucas, pero como convivo con un maniático del orden y la limpieza, nos repartimos las tareas, aunque él coge más el escobón y el trapo que yo, que prefiero hacer de comer y la colada. El año pasado mi pequeñaja tenía que relacionar unos dibujos con papá o mamá y a mí me puso el ordenador, las ollas y sartenes, y al padre le puso la fregona con el cubo y el escobón, jajaja. El coche nos lo puso a los dos, menos mal.
ResponderEliminarA don Juan al final seguro que le sale bien la cosa, aunque le cueste una pasta, jeje.
Besos.
Esa puñetera manía que tenemos todos de dejarlopara el último momento. Dicen que es muy propio de los españoles, pero yo creo que es un vicio general del ser humano.
ResponderEliminar¡Cómo me has engañado!
ResponderEliminarMuy logrado...
Raúl: ¿Rodríguez? Yo creía que tu apellido empezaba por A. :)
ResponderEliminarFlower: Rodríguez vive una soledad accidental. Si fuera permanente, terminaría por adoptar algún tipo de orden. Quedar con Concha un día fijo a una hora prudencial, por ejemplo.
Tesa: Y además sería por las noches, imagino. En verano, determinadas limpiezas conviene que sean nocturnas.
Sonia: A tu marido seguro que ésto no le pasaba. :)
Miguel: Pues sí, pero es que apetece más hacer otras cosas, antes que las obligaciones. Ésto, por ejemplo.
Alice: A estas alturas, pensaba que ya no engañaba a nadie. :)
Muchas gracias por vuestros comentarios. Daos por besados y abrazados.
Pues me hizo gracia la situación..., a medida que leía visualizaba yo a un Rodríguez y una Rodríguez conocidos, ¡¡clavadita la situación!! Pero sin niños...
ResponderEliminarBesitos.
Mándame el teléfono de Concha, la necesito urgente.
ResponderEliminar(Parece que mi comentario no llegó) Qué mal pensados somos, o que mal nos hicieron aquellas pelis de antaño... Lib.
ResponderEliminarAy dios, pero es que yo no puedo con el desorden... por dios
ResponderEliminarBesicos
Pásame el teléfono de Concha, anda.
ResponderEliminarAbrazos
café recalentado? qué importa, ya viene concha a preparar uno fresco! Eso es lo que se llama el habitat del animal del último minuto jajaja Salud por Concha y la pasta que sirve para que dé ese toque de armonía.
ResponderEliminarUn abrazo grande Juanjo,
Alejo
Es lo más cómodo
ResponderEliminardejar que los demás lo hagan.
A las mujeres se nos ha educado
con un estricto sentido
de culpa si dejamos de
fregar, barrer, limpiar...
aggggg qué asco
Es lo más cómodo
ResponderEliminardejar que los demás lo hagan.
A las mujeres se nos ha educado
con un estricto sentido
de culpa si dejamos de
fregar, barrer, limpiar...
aggggg qué asco
¡¡Jopi, JUANJO!! vaya morro tiene este prota tuyo...
ResponderEliminar¡¡Cómo es posible que se le ocurra llamar a la Sra de la limpieza de noche!! si es que parece que en vez de limpieza va a hacerlo otros trabajillos jajaja
Total, no cuesta tanto, manchas un plato, al lavavajillas, acumulas y cuando lo tienes lleno... botón, detergente y tooodo como un jaspe...
Lo de dejar para última hora el informe, eso sí que lo comprendo... a mi me pilla la madrugada casi siempre con lo que he ido remoloneando... hasta que se me ponen los pelos como escarpias viendo que yaaa tengo que entregarlo y noooo se por donde empezar :-)
Un besito JUANJO.
¿Realmente es así? Me niego a creerlo porque eso de que llame a Concha a las 12 tiene delito, ¡vamos que si lo tiene!
ResponderEliminarbiquiños,
Por eso me acabo de instalar un lavavajillas, por cierto, voy a ver si ya ha terminado, que aún hay que sacar los cacharros de dentro, con lo fácil que sería que se pusieran solos en su sitio.
ResponderEliminarcada uno se organiza como quiera, pero al fianal se hacen las cosas ¡hombre! jajajajja.
ResponderEliminarun saludo
marian
Por Dios¡ que estrés¡...para algunos la vida transcurre al filo del abismo.
ResponderEliminarUn abrazo :)
Campoazul, algún día hablaremos de pisos de estudiantes, o los rodríguez perpétuos.
ResponderEliminarClaudio. Ah, no, Concha es sólo mía.
Lib. Todos los tópicos son malos. Éste también. No se valora el esfuerzo del que se queda trabajando en vacaciones, una condena sin culpa.
Belén. Dy fé de ello.
Adr. Te digo como a Claudio. Si me reblandezco o algo, os la pasaré por unos euros...
Alejo Z. Prefiero el café frío al recalentado.
MTeresa. Mal hecho. Cuando uno se queda sólo en casa, es suya. Pero tiene que devolverla en perfecto estado. Eso sí. Aunque lo haga Concha.
María. Pues no veo la diferencia entre dejar un informe para el final o la casa. La teoría de que si se hacen las cosas al día, cuestan menos esfuerzo está muy bien. Y puede que hasta sea cierta.
Aldabra. Ficción pura. No creo que haya Concha que se preste, por mucho que se le pague.
Alma. Yo antes tenía un lavavajillas, y te puedo asegurar que me daba pereza colocar los platos, jajaja.
Marian. Gran verdad lo que dices. Al final, todo se arregla de una forma u otra.
Tonet. Tanto como al filo del abismo... Lo que hacen algunos por ahorrarse una bronca de la mujer.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios y mil besos y abrazos.
No puedo identificarme con Rodríguez, pero sí con Laura...
ResponderEliminarLo malo es que por aquí no hay Concha que trabaje por las noches... al menos no limpiando. ;-)
Me encantó.