17 febrero 2014

Génesis




La ilustración es de la artista María Luisa Olguín

El extraño sueño terminó por despertarme. Mi vientre protestaba un poco y pensé que la mala digestión podía ser la causa de esa inquietud.
Era realmente raro. No podía recordar casi nada de lo que había sucedido en las últimas horas, pero tenía muy presente cada uno de los episodios del sueño: las larvas que daban origen a la multitud de mariposas que vivían el estómago y se fundían finalmente en una especie de gusano, que tenía mi propia cara.


En cambio, ¿qué hacía a mi lado ese ser tan bello, con esa especie de serpiente entre las piernas? Dormía junto a mí, con una cara de felicidad que se contraía al tiempo que sus ruidos estomacales, como si aquellos insectos también hubieran invadido sus entrañas.


Cuando descubrí los restos de nuestro último alimento, recordé todos los detalles. Habíamos comido de la fruta prohibida y entregado a un juego excitante, que nos había dejado exhaustos. En los restos de la pulpa pude observar unas extrañas semillas en forma de larvas.


Las imágenes del sueño volvieron con mayor nitidez y empecé a acariciar mi vientre. Entonces, aquella cosa despertó, me miró con sus ojos azules y todas las mariposas comenzaron a desplegar sus alas.

-.-

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