21 mayo 2017

Viceversa




Escrito para Viernes Creativo. La imagen es de Ron Dillon.

Ana tenía una peca en el omoplato izquierdo y Ada otra idéntica en el derecho. Esas eran todas sus diferencias, según ellas mismas afirmaban. Compartían todo su material genético y muchas cosas más. Sí, también a sus hombres, aunque entonces yo no lo supiera.
Me enteré de sus singularidades cutáneas el mismo día que decidieron tatuarse un lunar simétrico en sus espaldas. Es un acto simbólico, aseguraron, nada de lo que uno deba preocuparse; pero yo sabía que había algo más allá de la mera diversión de hacerse pasar la una por la otra. Eliminando aquella íntima diferencia pretendían, en realidad, ser cada una la extensión de la otra, sus respectivos complementos. Vivir dos vidas de forma simultánea, o una sola de doble extensión.
A partir de aquella operación, nadie más las volvió a ver juntas. Es cierto que una de ellas dormía en mi casa y yo jugaba con mis dedos sobre su espalda, tratando de adivinar qué mancha era la falsa, pero ni siquiera así conseguí saber si quien vivía conmigo tenía una ene o una de en el eje de su nombre.
Tampoco el último día, cuando Ada me dijo que a su hermana le había arrollado un tren y yo le vi su propia muerte en la mirada.

-.-

No hay comentarios:

Publicar un comentario