01 febrero 2006

Resaca


Hacía sólo unos minutos que Marisa se había ido, no sin antes dejarle bien claro con una ligera sonrisa que no había pasado nada la noche anterior, y Ramón intentaba en vano recordar todos los detalles de la fiesta.
Solamente recordaba estar apoyado en la barra del bar, con ella a su lado en silencio, mientras los invitados giraban a su alrededor en un baile anárquico de movimientos torpes, bruscos, desacompasados, de cuerpos sudorosos excitados retando al escaso equilibrio que se puede conservar a esas horas, en las que todo invita a la posición horizontal.
Después de ésto, nada. Se había despertado en su cama, con una mujer al lado, de la que no recordaba su nombre, que no se había atrevido a preguntar por pura vergüenza.
Ella se había ido dejando una corta explicación y una pequeña sonrisa, como una heroína tímida que abandona rápido el lugar de su proeza para evitar ser aclamada.
Le estaba agradecido y quería demostrarlo, pero no sabía muy bien como. Podía preguntar a Vicente, pero estaba algo resentido con él por haberle metido en ese fregado, y tenía las ganas justas de soportar su sonrisa burlona mientras contestaba a sus múltiples preguntas maliciosas.
Por suerte, encima de la mesa encontró un pequeño papel doblado, que se notaba escrito por mano femenina, con una caligrafía sencilla y elegante. Contenía apenas algunas líneas, con el texto siguiente:

Imagino que tendrás muchas preguntas que hacerme.
No creo que hoy estés preparado para escuchar las respuestas.
Te dejo mi teléfono: 600 83 72 01
Si quieres llámame.
Besos,


La firma, por desgracia, era ininteligible, pero ya tenía mucho más que hacía sólo unos minutos. Sin embargo tenía que pensar la forma de salvar la situación embarazosa de averiguar su nombre sin preguntarlo directamente. Y en ese momento no estaba para pensar.

Se calentó algo en el microondas y se tumbó en el sofá, dispuesto a tragarselo, junto con las repeticiones de las fiestas de nochevieja de las distintas cadenas de televisión. Las resacas, con pan y batín son menos.

Y así pasó el primer día del año, dudando entre olvidarse y recordar, envuelto en una nebulosa de cansancio, soledad y dolor de cabeza.

7 comentarios:

  1. Anónimo11:31 p. m.

    Jo, vaya situación más indeseada.
    Amanecer en la cama con una persona de la que no recuerdas ni su nombre...
    De verdad que no pasó nada? pregúntaselo a Marisa, porque dudo que Ramón se acuerde de algo...

    Y Vicente? quién es Vicente? tengo que leerme los relatos anteriores...

    Sobre los exámenes...yo tengo pánico, pero mucho pánico. Uff me pongo atacá y es que no me acostumbro.

    Sólo quedan 6 exámenes creo...

    A ver qué pasa. Gracias por la suerte, la cogeré toda.

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  2. Anónimo1:05 a. m.

    Santo santo santo es el Señor
    Dios del universo
    Llenos están
    el cielo y la tierra
    de tu gloria...

    Hossana en el cie e e e elo

    P.D: ¿Ése móvil de quién es? ¿de Marisa? qué sexy

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  3. Anónimo5:05 a. m.

    Pues al final Marisa va a resultar más interesante que la chica morena. De momento ya está reultando casi igual de misteriosa. ¿Qué ocurriría aquella noche? ¿Llamará? Yo en algunas oasiones, lejos de intentar recordarlas, desearía olvidarlas. Glups.

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  4. Anónimo3:51 a. m.

    ¿Tomar whiskey después del café para calmar los nervios? Buena idea, pero mejor me paso al irlandés y me ahorro un paso. Gracias. ;)

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  5. Anónimo6:38 a. m.

    De verdad que es embarazoso no acordarse del nombre de alguien, sobretodo si ese alguien parece acordarse perfectamente de ti y de un montón de detalles sobre ti. Entonces con qué santa cara le dices que ni tan siquiera recuerdas su nombre?? :-S

    Y por último....amsss te enseñaría una foto pero, te recuerdo, que con la mierda que han hecho con el formato de los espacios, ahora me es imposible colgar ninguna foto. Ni tan siquiera se me escucha la música!!
    En fin... un saludo. Y bueno... no estoy fea del todo de morena, pero vamos nunca había llevado el pelo negro. Yo creo q se vengaron de mi por quejarme , jijijiji
    Un besazo. Hasta pronto!!

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  6. Anónimo6:56 p. m.

    Impasse....

    Creo que tenemos que recuperar fuerzas, dejar que se evapore la resaca, y meditar muy bien cual serán nuestros pasos siguientes: La chica esta... ¿como diablos se llamaba...? ¡maldita sea...!. Me resulta interesante... y odio esa sensación de anti clímax al pasar una noche tan absurda con ella.. por otra parte dice tener algunas respuestas a preguntas que ni siquiera le formulé... ¿que preguntas...? ¿sobre la morena del tren...? Joder... maldito champán... no recuerdo si llegué a hablarle de ella.. ¡Solo me faltaba volver a meter la pata y quedar como el imbecil que sin duda piensa que soy...!.

    Miró el papel con el número de teléfono que tenia en la mano... echo una ojeada rápida al teléfono móvil que reposaba apilado junto a la cartera, las llaves, los cigarrillos.... Decidió que lo mejor sería esperar a los próximos días... Seguro que algo se le ocurriría a alguien para salir de este maldito embrollo....

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  7. Anónimo7:33 p. m.

    A veces pienso que en el fondo nos gusta tener alianzas y bandos dentro de un mismo grupo. Puede que le dé vidilla culebronesca.
    Saludotes.

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