Cuando el tiempo se acaba, la sensación de angustia precipita las decisiones. Paco, aparentemente, tenía tiempo de sobra, pero pecaba de excesiva ansiedad. Corrió al panel y pulsó la opción de hablar con alguien. Al instante una voz metalizada le ordenó:
- Nombre y apellidos de la persona con quien desea hablar.
- Adela Garcés Sánchez, respondió Miguel sin dudar.
- La persona que usted busca ha sido localizada. En breves instantes aparecerá ante usted. El tiempo de la conversación ha sido limitado a diez minutos- aclaró la máquina.
Adela Garcés era la mujer de Miguel Bermejo. La recordaba siempre sonriente, apacible, dulce. Un bálsamo. Irradiaba tanta paz que todo lo demás pasaba totalmente desapercibido. Paco nunca se preguntó por la mujer que latía debajo de esa bondad y esa sencillez externas. Tampoco imaginó sufrimiento alguno en aquella persona, siempre tan dispuesta a consolar las penas de los demás. Ahora que la tenía delante, sentía unas ganas enormes de abrazar a aquella mujer, con un solo abrazo que compensara todas las carencias anteriores. Pero tampoco eso fue posible. Al intentar abrazarla, casi se cae de cara al suelo. La Adela que veía era otro holograma.
- Perdona, Paco. No nos permiten venir en persona. Me alegro mucho de verte. No has cambiado nada desde la última vez...
Mientras Adela se detenía, pensando en aquella última vez, Paco la observó mejor. Ella sí que había cambiado. Su sonrisa era una línea muy fina, marcada por las arrugas, que maquillaba un rostro más serio, menos dulce. Había engordado bastante, y se vestía de forma descuidada, como si ya nada importara para ella. Aún así, el tono de su voz conservaba la amabilidad de siempre, y parecía sincera. Por otra parte, la imagen parecía actual, lo que daba a entender que la mujer todavía vivía. De otra forma, se le habría aparecido una similar al recuerdo que él conservaba en su imaginación.
- La última vez, Adela, estaba más muerto que vivo. Casi como ahora. No sé si lo sabes, recibí el sobre negro. Me quedan pocas horas de vida.
- No sabes cuánto lo siento. A Miguel le llegó hace unos años. Todavía recuerdo la cara de pánico que puso al recibirla.
- Miguel. ¿El sobre negro? Pero si el noticiario dijo que murió de accidente.
- ¿Eso dijo? No lo miré. Se lo llevaron muy pronto. Era joven todavía, pero había caído en desgracia. Últimamente todos le abandonaban. Sobre todo desde que el Presidente le puso la cruz.
- ¿El Presidente? ¿Tan lejos había llegado?
- Sí. Durante un tiempo perteneció al equipo del Presidente. Eran uña y carne. Después, la relación se enfrió. Miguel nunca me explicó por qué. Siempre que le preguntaba pasaba de puntillas por el tema y se escapaba con cualquier excusa. Había algún asunto oscuro, antiguo. Algo que Miguel sabía y el Presidente temía. Por lo visto fue eso lo que envenenó la relación. Un día, eso lo recuerdo muy bien, Miguel volvió a casa asustado, demacrado, diciendo cosas incoherentes. Parecía borracho, pero no había bebido. Desde entonces, todos nuestros amigos nos fueron abandonando. Cuando llegó el sobre negro, hacía meses que no entraba una carta en nuestra casa.
- Lo del sobre me sigue sin cuadrar, Adela. ¿Sabes cómo murió Miguel?
- No, claro que no. Nadie lo sabe. ¿Lo sabes tú acaso?
- No. No lo sé. Pero de accidente, sin duda, no. Algo tan premeditado como un sobre negro no puede ocultar un accidente.
Paco se arrepintió al instante de haber pronunciado esta frase. La sangre abandonó de repente la cara de Adela, y sus ojos comenzaron a brillar.
- Adela... Lo siento. No quería inquietarte. Seguro que Miguel murió de forma natural. Perdona...
Era demasiado tarde para las disculpas. Adela se tapó la cara, se giró de espaldas y, al instante, se desvaneció.
(continuará)
Juanjo, este relato (que bien podría ser una novela) se lee de maravilla y me da pena no leerlo de un tirón... ¡ainssss!
ResponderEliminarbiquiños,
Sigo detrás del misterio, casi según lo cuelgas. Estoy intrigado de verdad
ResponderEliminarQué repelús!!! Oye, no tendrás un adelanto del final, verdad...? :)
ResponderEliminarEscribe rápido, eh!
Un abrazo.
Qué interesante se está poniendo... No seas malo, danos un poquito más.
ResponderEliminarBesos.
No sé los demás, pero yo espero que al final el prota se salve. Ya verás cómo te las apañas.
ResponderEliminarYa van dos sobres. Y no quisiera yo que el negro cayera en mis manos.
ResponderEliminarMenos mal que he esperado a la tarde para leete, esto es para degustarlo!
ResponderEliminarBesicos
Sonrío al leer el nombre de la protagonista.
ResponderEliminarTambién tuve una Adela en un relato ...pero yo me la follé en un viejo molino:
http://tesadepaso.blogspot.com/2008/09/pintadas.html
Besos, Juanjo.
No sé Juanjo,
ResponderEliminartodo cuando va descubriendo Paco en lo que se supone que debían ser sus últimas horas más placenteras, resultan ser desilusionantes, frustrantes y hasta la dulce Adela aparece penosamente deteriorada por el tiempo...¿¿No podría por favor , Sr. autor escritor, si usted fuera tan amable, darle alguna alegría de verdad verdadera, a nuestro pobre PACO ??
Y para remate, ahora nos matas de curiosidad...
¡¡Ale !! ponte a escribir a toda pastilla que luego, se nos complican los días, como a mi últimamente y nos lo perdemos...
A pesar de mis aparentes quejas, en bromillas, ya sabes, me ha gustado mucho.
Muchos besos, Juanjo.
Pertenecer al equipo del Presidente nunca ha tenido un final feliz.
ResponderEliminarUn abrazo, como dice Raúl, que vas a hacer con nuestro (si me lo permites) Paco.
Juanjo, un pedido please!
ResponderEliminarQue Paco deje de jugar a detective, que ya bastante mochilas cargamos en la vida, para partir con algunas màs, sea pronto o despuès, si? es que ya me està dando tal pena de que sufra asì. No es suficiente para el pobre ya haber recibido el sobre negro?...
No aguanto màs Juanjo! jajajajjaja
Besotes!
Sois todos muy amables. Me gustaría escribir más rápido y publicar más a menudo, pero, de momento, no puedo lanzar más de dos entregas a la semana.
ResponderEliminarMe falta poco para terminar, vuestras sugerencias me interesan y me divierten, pero el final será el que sea. Y como no está escrito, no os puedo anticipar nada.
Cuando esté terminado, os haré llegar el texto completo, texto comansi, a quien me lo haya pedido, o quien me lo pida, independientemente de que lo publique aquí.
Por desgracia, me temo que se irán pocos días desde que acabe el texto y lo publique. El colchón que tenía se está esfumando.
Besos y abrazos.
Me interesa el texto completo, es que me encanta la intriga!!.
ResponderEliminarPues yo creo que después de tanto enredo creo..., que el presidente y alrededores manda el sobre negro a quién le molesta, y lo disfraza diciendo que el sobre es para todo el mundo.
Un saludo.
Esto está dando unos giros que me dan vértigo.
ResponderEliminarYa casi me olvido de dónde está ese hombre, el pobre Pacorrr, y se me va la olla con esa especie de trama.
Todavía está a tiempo de pedir una holograma hinchable? XD Yo de él me lo pensaría, de verdad, que me estoy angustiando hasta yo misma desde mi cómoda silla!
Juanjo, guardame kilo y medio del ejemplar completo. Me apunto para recibirlo, lo-se-pas!
Un beso
Lala
curiosidad, ganas de descubrir mas, no dejes que se esfumen las palabras....
ResponderEliminarTú sigue así. Se lee bien y enganchados ya estamos.
ResponderEliminarTe sigo.
Saludos Juanjo,
ResponderEliminarsoy una admiradora que te ha seguido fielmente los capítulos de éste tu "alargado" relato, he guardado silencio hasta ahora, pero es que me está perdiendo la impaciencia y ya me estoy inventando yo el final, y ¿por qué añoramos tanto el desenlace? ¿Y yo que estoy segura que al final nos lo resucitas a este Paco? Nada chico, tú mandas, aquí seguiremos al pié del ordenador.
Besitos de mar.
La ola
Sigue, sigue, que esto se pone cada vez más interesante.
ResponderEliminarUna sonrisa
Y va ella y se desvanece
ResponderEliminarY nos deja a tos...
Mira Juanjo, tienes que meterle más caña a cada entrega, todo se queda como en el aire, dando vueltas, como un remolino, eso es.
Bellísimo e intrigante. Quedo aguardando lo que sigue. me mata la ansiedad por conocer el final. Secuencialmente perfecto y logras mantenernos en volo. Genial.!! Un abrazo.
ResponderEliminarMe encantaría que me hicieras llegar el texto completo, si no es demasiada molestia...
ResponderEliminarCuando lo completes, a tu manera Juanjo. ;-)
Tranquilo, esperaremos lo que haya que esperar.
personalmente, hoy y lo que se festeja hoy, me parece una horterada monumental. A pesar de ello deseo que el amor, te acompañe, hoy y siempre..
Muchos besos, JUANJO.
...
ResponderEliminar