La casa huele a leche agria cuando abro la puerta al llegar del trabajo. Son los restos del desayuno que esperan, mudos, en el fregadero.
También aguardan sobre el sofá dos mandos a distancia y una manta sin plegar. El libro que estoy leyendo y un periódico de hace dos días, en el suelo, al alcance de la mano. Un abrigo sobre una silla, dos pares de zapatos cerca de la puerta, cartas del banco por abrir. Sólo la planta de plástico se muestra digna, ajena al desorden existente, en una esquina de la estancia.
Este caos, que llena todos los espacios de este piso tan pequeño, aumenta todavía más la angustia que siento, al comprobar el declive inexorable de mi vida. Dejo caer el maletín con fuerza, como queriendo darme ánimos, pero el intento dura lo que tarda en caer la manivela de la puerta, averiada desde hace un par de meses.
Recién aterrizado en el sofá, suena el teléfono. Una vendedora, con acento sudamericano, me propone que cambie de operadora telefónica. Es la quinta vez esta semana. La despacho con mal humor y peor educación. Una vez levantado, me vuelve el tufo de la leche agria y comienzo a recoger las cosas. Me pongo a fregar los platos con la ventana de la cocina abierta. Estornudo tres veces, como negando alguna verdad evidente. El aire viene frío, es cierto, pero es de una frigidez distinta, matizada de polen de pino y de ciprés, una corriente de renovación, que como todas, es agresiva y destructora; pero totalmente necesaria.
La mayoría de los alimentos de la nevera están caducados. Llevo tiempo evitando tirarlos a la basura con diferentes excusas, pero hoy no escucharé esas voces conformistas. Bajaré a la calle y me desharé de esos restos, que llevan demasiado tiempo envenenando el aire.
Me vendrá bien otra ración más de aire fresco y estornudos para terminar de limpiar lo que llevo dentro. Afuera, el suelo tendrá la acostumbrada capa amarilla de principios de marzo y puede que encuentre a alguien colocando carteles del Corte Inglés. Al entrar en casa de nuevo, ya no me sorprenderá ningún olor extraño y seguirá en su sitio la planta de plástico, ajena al orden recién estrenado.
Volverá a caer la manivela, porque ni siquiera una revolución puede terminar con determinadas cosas.
-.-
Es importante deshacerse de los residuos de nuestro interior.
ResponderEliminarUn abrazo.
y el redondeo del intento de venta telefónica similar a todos
ResponderEliminarSeguiré tu recomendación: abrir alguna ventana que encuentre de camino al balneario, me gusta que el famoso y manido spas, donde poder reponer energía y algo de ilusión para disfrutar en la nueva estación que está a punto de comenzar.
ResponderEliminarMe gustó.
un saludo.
Percibir el olor de la leche agria es el principio de la esperanza.
ResponderEliminarUn besazo y mucho ánimo, guapo (me da mucha penilla que no vengas el día 1, pero qué se le va a "facer")
No sabes lo que me ha jodido leerlo, chaval.
ResponderEliminarPd.- Excepcional la imagen que creas con la planta de plástico. Es la muerte de lo orgánico, de lo vivo.
Hay días que la consciencia pesa más sobre los hombros.
ResponderEliminarFantástico¡¡¡¡
ResponderEliminarDespierta todos los sentidos y emociona.
Alguien me dijo que cuando ordenas por fuera es que también ordenas por dentro :)
Un besote Juanjo
Lo del estornudo me ha gustado mucho... ¿será verdad que la alergia es beneficionsa?
ResponderEliminarBesicos
Esa manivela... hay cosas que se aferran al status quo cueste lo que cueste, amotinándose lejos de las corrientes de aire destructoras y revolucionarias.
ResponderEliminarUn abrazo Juanjo,
Alejo
Soy adicta a hacer limpieza de recuerdos, de los palpables y de los que no se pueden tocar. De todos, porque aún siendo verdad que por tirarlo todo, puedes deshacerte de algo importante, no lo es menos, que es mejor no tener nada, que solo suciedad.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho, de verdad.
¡Ay! te comento más tarde...
ResponderEliminarLa vida es cíclica y no en todo momento es primavera.
ResponderEliminarTampoco es necesario medicarse para las alergias, algunas, cambiando la estación, curan solas,lo de las cicatrices es otra cosa.
Me gusta mucho la pintura pero no logro saber de quién es.
Un beso
Tal vez la manivela ha de seguir cayéndose para recordarte que acabas de llegar a tu hogar, tal vez no se cae..., simplemente te hace los honores poniéndose a tus pies...
ResponderEliminarBesitos.
No se puede decir más con tan sólo una frase: La casa huele a leche agria cuando abro la puerta al llegar del trabajo. Una frase perfecta. Como perfecto es el resto del relato. Tu tardanza en publicar, Juanjo, se ve recompensada con la calidad de los relatos a la que nos tienes acostumbrados. Me gustan los relatos en los que puedo poner cada cosa en su sitio y en este caso, sucede. Biquiños,
ResponderEliminarComida caducada, leche agria... en un piso pequeño hace aumentar la angustia por supuesto que sí, porque da mal olor a la casa.
ResponderEliminarA veces nos da reparo tirar objetos que no valen para nada y los guardamos por temor a quedarnos sin ellos, un grave error.
Una cosa... ¡pero qué mal sienta cuando uno están en el sofá y suena el teléfono, le coges y quieren ofrecerte que te cambies a otro operador! ¡pero qué familiar me suena! jajajaja.
Un beso.
Tú lo que necesitas es alguien que te haga la limpieza, que llegas tarde y luego todo manga por hombro...
ResponderEliminarYo tengo una que me limpia de maravilla, cachis que le pille tan lejos, porque es una pasada!!
Besos,
Realmente bueno y,porqué no,tan realista.Nuestras casas parecen a veces bodegones,naturalezas muertas.
ResponderEliminarUn abrazo,amigo.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEl caos trae el orden y viceversa. Han de quedar, siempre, las fuerzas para renacer y volver a empezar limpiando lo pasado.
ResponderEliminarTe mando todo mi ánimo.
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ResponderEliminarLas cosas que guardamos han de ser revisadas por el mal olor, sabor, sentimiento... Hay que cambiarlas. Cosas que cambiar. Ahora, si las plantas son de plástico podemos hacer la vista gorda, xD
ResponderEliminarSoy "doñalotirotodoylotiroya".
ResponderEliminarPor eso es difícil que se me agrie la leche en la nevera.
Hay que hacer limpieza de vez en cuando. El ejercicio físico con el mocho, hace que la psiquis se contagie y se limpie.
Buenísima entrada.
Mi casa se parecía a la de tu relato hoy. Una vergüenza, vamos :) Pero bueno, nada que no pueda arreglar un buena fregona y un poco de tiempo.
ResponderEliminarAbrazos
Ánimo, tío, te veo un poco alicaído, veras cómo al final sale el sol y brilla el fregadero de limpio ;-)
ResponderEliminarDe todas formas, bromas aparte, te comprendo, vaya que sí te comprendo. A mí también me pasa a veces que me da la impresión de que todo a mi alrededor está sucio, caducado, por organizar y no merece la pena ni ponerse a intentarlo.
Bueno, yo creo que la impertérrita planta de plástico, no gana nada con esa pose ajena al turbulento devenir de la naturaleza, y definitivamente prefiero el barullo estacional y olfativo de lo que está vivo.
ResponderEliminarEnhorabuena por tus posts. A gran nivel.
:-)
Ya, Juanjo, pero hay que intentar despistar a la razón, ofreciendole ciertos placebos de felicidad y de buenas intenciones para no esperar algo imposible? espero que no entiendas nada de estas palabras... jjajaj.
ResponderEliminarGracias por tu visita y comentario; lo primero que pensé es: "claro, tú como eres tan realista y práctico, además de amable, tienes una excelente "esencia" (jjajajaj... es una broma)". Me gustó tu comentario, ya lo sabes, siempre escribo lo mismo.
saludos.
Que requetebien muestras el ambiente, hasta puedo oler esa leche agria. Ufff,
ResponderEliminarUn abrazo.
PD: Soy Sinuosa, es que me puse así como mas florida,jjeje.
Claudio: Pero da una pereza...
ResponderEliminarJ.G: No hay forma de hacerles entender que no interesa su oferta. Me pongo negro.
Esi: Ya me dirás si te funciona.
Alice: La esperanza dicen que es lo último que se pierde. Y es verdad.
Alma: Muy sana tu costumbre, pero yo no he conseguido todavía adoptarla.
Alejo: Nada cambia del todo. Y las manivelas se arreglan, pero se rompen otras cosas.
Raúl: Es un fin de ciclo. Hay que cambiar de caos.
Tesa: Así es. Son terribles esos días, pero yo creo que son terapéuticos, en el fondo.
Tonet: Para mí el orden es un estado inestable. Durará poco, pero de vez en cuando uno tiene que sentir que las cosas van bien.
Belén: Sería mejor no tenerla, pero si va con la primavera, qué vamos a hacer.
Camy: La pintura es de Eduard Munch. Se titula: Día siguiente.
Campoazul: Qué forma más bonita de verlo. :)
Aldabra: Muchas gracias. Me gustaría publicar más a menudo, pero no siempre voy bien de tiempo. De vez en cuando, hay que ordenar la casa. :)
Escribí un comentario... y ahora acabo de encontrar otra de tus pregunta en algún post, ¿te respondo? pero igualmente, gracias por tus comentarios.
ResponderEliminarsalud
María: Y siempre llaman tardísimo, cuando uno sólo tiene fuerzas para cambiar el canal de la tele.
ResponderEliminarFlower: Tú ya sabes de qué va ésto, jajaja.
Francisco Machuca: Parte de nosotros es naturaleza muerta. No terminamos de deshacernos de ella del todo.
Deborah: Gracias por tus ánimos y por tu visita.
Argos: Al cambiar nos llevamos por delante cosas útiles, pero es necesario.
Fiebre: Pues oye, incluiré la fregona en mi tabla de gimnasia.
Adr: Mejor así que vacía, como la que pintas en uno de tus relatos ;)
Miguel: Tú debes estar ahora en el polo opuesto. Y de verdad que me alegro.
F&D: Gracias. La verdad es que, en el fondo, pienso que el desorden da personalidad a una casa. El orden es muy frío.
Antonio: A veces es necesario engañar a la razón. No se puede vivir con la angustia de desear a todas horas lo que no se puede conseguir. A todo esto, ¿no son eso los sueños? Y perdón por la pregunta ;)
ResponderEliminarCelsa: Mira que ocultarnos esa imagen tanto tiempo :) Tienes delito, jajaja. Me alegra verte por aquí.
Esi: Ya sabes, no hay preguntas indiscretas sino respuestas indiscretas. Por lo que veo, guardas tu intimidad como un castillo. Así que no respondas :)
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
ResponderEliminarBesos y abrazos.
juanjo realmente espero que la limpieza externa e interna ayude, a veces es necesaria y tambien el viento frio para volvera sentirnos vivos.
ResponderEliminary si, el amor y la revolucion son parecidos, sobre todo para mi cuñada, enamorada de un lider revolucionario
besos y no trates mal a las operadoras, ellas no tienen la culpa!!!!
exitos
Gracias a tí por dejarte caer por el mio. No es que sea muy destacable pero es un intento de extraer las locas ganas de escribir que corren por mis venas.
ResponderEliminarAdoro tus escritos y no lo digo por decir. A menudo los releo, esperando encontrar en ellos matices que antes no había visto. Un buen escrito es aquel que te comueve pero también el que te da una nueva visión cada vez que lo lees.
Un besos muy grande. El camino es duro pero lo es menos si unimos fuerzas.
Mi querido JUANJO,
ResponderEliminarme temo, que además de tirar toda esa comida estropeada ( la de dentro y la de fuera) vas a tener que tomar medidas drásticas, para hacerle frente a esta triste primavera que parece decidida a terminar con tu ánimo y por si fuera poco el polen, te atacan las tele operadoras ¡¡pobrecito!! verás, tú tienes el mar cerca, deja la casa con las ventanas bien abiertas, cógete una toalla y zambúllete en le mar, él te lo limpiará todo, al menos mientras estás sumergido en él... después terminará las labores de limpeiza el sol, cuando te tumbes en la arena con los ojos cerrados...¡¡es infalible, hazme caso y verás como el olor a leche agria se va del todo de tu cerebro!!
Cada vez escribes mejor JUANJO, aun cuando siento que estés pelín bajo ¡¡¡es el problema de la genialidad, que tiene estas cosas!!! :-) tú podrás, ya lo verás.
Un beso muuuuy grande, JUANJO.
Hay que renovarse por dentro y por fuera, ilusionarse por cosas nuevas, tener nuevos alicientes, intentar VIVIR (que no es lo mismo que sobrevivir). Como decía el título de aquel album de Bebe "Telarañas pa'fuera"... Pues eso, deshaerse de las telarañas y plantarle cara a los problemas e intentar solucionarlos uno a uno, porque todos de golpe pueden parecer un mundo, pero uno a uno todo se puede (Piano piano se va Lontano).
ResponderEliminarMe gusta la primavera, es una de mis estaciones del año favoritas, por la luz, el color, el olor a azahar, el tiempo agradable, los días más largos,...
Te mando un beso y una sonrisa :)
EL ESTADO DE ANIMO HACE ESAS COSAS, HASTA QUE LLEGA UN DÍA QUE DERREPENTE TE HACE ABRIR TODAS LAS VENTANAS Y LIMPIAR, POR DENTRO Y POR FUERA. UN SALUDO
ResponderEliminarHay que hacer algo!! ... ya hay mucho acumulado.
ResponderEliminarBesos!! como siempre buenisimo leerte!!
parangón?
ResponderEliminartus palabras
calidad sin ...
gracias.
MMM, para mí no hay nada como abrir la ventana por la mañana para que se vaya lo malo y entre lo bueno. Por cierto, yo estoy hasta las narices de la puñetera llamada telefónica de vendedores, llaman constantemente. Hasta estoy por cambiarme de compañía ¿dejarían de llamar así?:P Besitos, te invito a mi blog.
ResponderEliminarOlor a agrio y estornudos,la imagen perfecta de la transformación, la renovación, tras la caída inexorable de cargas innecesarias.
ResponderEliminarEscena sin alegría, pero con la irrefutable sensación de vida en extrañas dosis, pero vida.
Una sonrisa
Cuesta recuperar los
ResponderEliminartrozos de rutina
trasn la ausencia
de la costumbre,
un abrazo
Los vendedores de las operadoras son incansables y extenuantes, pueden a llegar a viciar el ánimo más que el aroma de la leche agria.
ResponderEliminarLos primeros siempre persistirán, en el segundo caso con ventilar, solucionado.
La leche agria, esa desgana, cuantas veces la he sufrido, síntoma para mi de ansiedad y depresión, que difícil es volver a coger la escoba y barrer de nuevo, barrer todos esos sentimientos para que al volver a levantarse y salir a la calle seas libre otra vez.
ResponderEliminarJuanjo me ha encantado tu texto.
Un abrazo
Esto es la tristeza, la resignación hecha planta de plástico.
ResponderEliminarMe gustó Juanjo.
Un beso
¡¡Pero hombre por dios!! Que quiero cositas nuevas para leer, que vengo y me encuentro la leche agria..., ¡yo que tomo soja! :) Venga...Un esfuerzo...
ResponderEliminarMás besitos.
Juanjo,
ResponderEliminarHacía tiempo que no te leía pero como siempre estás sublime: cómo te fijas en cada detalle!! lo de los mandos de tv me ha encantado y la manta también... ¿quién no tiene lo mismo en casa?
A veces viene bien poner un poquitín de orden en la vida y desembarazarse de lo que no te hace bien.
Bss.
La que se esá agriando es esta entrada, como no la renueves, chaval.
ResponderEliminarNiñoooooooooooooooo, que ya huele este postttttttttt!
ResponderEliminarA ver si renovamos, coñe, que te echo de menos, caracartón!!!
PD: Anda! voy a publicar y me dice que moderas comentarios, pues vaya, qué moderado(r)!!
hola, Chicos, He querido publicar algo como esto en mi sitio web y esto me dio una idea. Saludos.
ResponderEliminares lo que tienen las plantas de plástico, son muy dignas ellas
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