Las horas de sol decrecen día a día, privándome del alimento necesario para vivir. Se acerca mi hora y noto que la circulación se va ralentizando, pierde fuerza y ya no llega a todos los rincones de mi geometría.
Pronto mis hojas, mis amigas, me abandonarán, pero antes se vestirán con tonos ocres variados en un esplendoroso canto del cisne. Cuando caigan muertas a mis pies, el último suspiro del verano hará mucho tiempo que habrá dejado de escucharse, y la voz ronca del cierzo invernal se las llevará para siempre.
Para entonces mi cuerpo estará dormido, esperando el lento despertar del próximo equinoccio.
-.-
Qué poco respetamos a esos seres respetables.
ResponderEliminar¿No es alucinante el milagro de la Naturaleza? ...las plantas hibernando y el renacer en primavera.
Me gusta tu texto.
Y no da miedo, porque sabes que todo irá bien...
ResponderEliminarBesicos
Podría ser el final de cualquier capítulo escrito por W. Fernández Florez.
ResponderEliminarPrecioso.
Una gran oda a la estación (al menos para mi)más romántica de todas, el dulce otoño.
ResponderEliminarMil sonrisas acompañadas de ojas multicolores
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ResponderEliminarQué bonito Juanjo, y qué lección de saber ser y estar.
ResponderEliminarDeberíamos aprender a dejar las cosas y esperar cuando no sabemos más que dar tumbos. El tiempo se encarga de renovarnos y aclararnos.
Pero los hombres no tenemos la paciencia de los árboles.
Me ha encantado esta entrada!
Un beso
Lala
que bella manera de describir a uno de los principales protagonistas del otoño... preciosa estación, por poco que suela gustar... un abrazo
ResponderEliminarDivina estación, reúne tantas emociones, como las que me has provocado con tu escrito.
ResponderEliminarMis besos otoñales, amigo
Lástima que en las personas ese dormir placentero, ese otoño calmo y de ocre colores, sea en muchos casos, tan distinto.
ResponderEliminarMuy bello Juanjo. Y gracias por descubrirme Aín. Internet es una maravilla para esto y para más cosas.
Un beso
Lástima que en las personas ese dormir placentero, ese otoño calmo y de ocre colores, sea en muchos casos, tan distinto.
ResponderEliminarMuy bello Juanjo. Y gracias por descubrirme Aín. Internet es una maravilla para esto y para más cosas.
Un beso
Que hermoso el letargo de aquello que amanecerá otra vez lleno de vida, que horrible el letargo de los sentimimientos, del alma.
ResponderEliminarUn abrazo totalmente despierto
Es eso lo que sienten?
ResponderEliminarNunca había visto a nadie meterse en el alma de unas hojas en otoño, y a mi, que me gusta pisarlas porque crujen, ays
Mirado así casi apetece el otoño, aunque me cueste admitirlo.
ResponderEliminarSuena dulce, sereno y el merecido descanso de la luz, los colores que se diluyen perezosos para esperar al invierno.
Una sonrisa
Es precioso, me ha encantado como nos lo cuentas.
ResponderEliminarUn beso, árbol de hoja caduca (yo soy de hoja perenne).
¡¡¡Es cojonudo!!! La verdad es que nunca se me había ocurrido que se pudiera escribir un texto sobre las sensaciones de un árbol ante el letargo que se aproxima y la próxima primavera que parece remota, pero que llegará. Pero tú los has hecho magistralmente, con un sentido y una emoción de chapó. enhorabuena
ResponderEliminarEs cierto eso que los árboles duermen cuando son acunados por el viento, se llame como se llame el viento en cualquier país del mundo.
ResponderEliminarAbrazos
Caramba Juanjo, al principio creí que hablabas de tí y me asusté pensando: "¡qué pobre, cree que su función en esta vida ya está terminando! ¿qué le pasará?. Ya ves, precipitada que es una. Cuando me he dado cuenta de que hablabas del otoño, me he sentido aliviada, sorprendida y maravillada, porque siempre consigues crear historias con desenlace inesperado.
ResponderEliminarAhí reside tu arte y aquí los demás encantados por esto. Sigue así que vas bien y no dejes que la voz ronca del ciervo invernal, se lleve jamás tu forma de relatar.
Besosaborahojasverdes.
La que tiene nombre de enfermera.
Esperando desnudo su ciclo florido, así es.
ResponderEliminarAbrazos.
un poema perfecto, un canto a un ser de la naturaleza.
ResponderEliminarprecioso y sentido homenaje.
biquiños,
Ya sabes amigo, soy toda una nostalgia, aunque soy de risa fácil .
ResponderEliminarMil gracias Siempre
Besines
Me encanta el otoño, me gusta su color, su luz, sus paseos, sus mañanas de niebla ... tengo muchas razones personales además para querer a esta estación especialmente, y me gusta por lo que has escrito ... eso es el otoño, un prepararse para "renacer".
ResponderEliminarPrecioso.
Ahora que me da por leerte...venía ávida de algo nuevo porque todos los días son novedosos, otra cosa es querer contarlos.
ResponderEliminarUn beso mu grande
Nos veremos amigo, pero ahora no sé que me pasa será el otoño? o seré yo?
ResponderEliminarun beso