Todos le esperaban.
Alejandro era un hombre que se hacía de rogar, y yo siempre me he preguntado por qué a los demás no les importaba esperarle el tiempo que hiciera falta, mientras que a otros se nos recriminaba cada minuto de tardanza.
Nunca he llegado a comprender de qué carne están hechos los héroes y qué RH circula por las venas de los líderes, pero no fue esa curiosidad la que me incitó a matarlo. Tú lo llamarás celos o envidia, lo sé, pero se trata de un sentimiento más complejo.
A su entierro acudió una multitud de gente desolada, amigos derrotados, admiradoras deshechas. Hasta a mí se me escaparon un buen puñado de lágrimas.
Sí. Pensándolo bien, posiblemente yo también lo amaba.
-.-
Está el patio lleno de psicópatas.
ResponderEliminarBss.
¡¡Que curiosidad más peligrosa!!...pero bueno, sentimiento si tiene que lloró en su entierro...
ResponderEliminarBesitos.
Vamos, seguro que si!
ResponderEliminarBesicos
Espero que la razón fuera más compleja.... tanto que no tiene explicación.
ResponderEliminarUna sonrisa
Ufff !, un asesino suelto, llamado Juanjo.
ResponderEliminar¿ Y también lo amabas ?...
Besos.
A mi la impuntualidad también me repatea, yo misma le hubiera asesinado aún queriéndole.
ResponderEliminarEstos relatos me encantan y me inquietan.
ResponderEliminarSi no se amara seguramente no sería héroe y ya se sabe el tener esos poderes conlleva aparejado el despertar en lo demás un sentimiento de odio.
Pensándolo bien, posiblemente todos le amamos y pensándolo bien es insoportable que nos haga esperar tanto.
Un beso
Lo he situado en una plataforma de teleoperadores. El líder... puede llegar tarde, a los demás no se les permite... etc.
ResponderEliminar:) Abrazos.
Creo que la curiosidad no es el sicario de nuestra alma, pero si es el más obstinado y conflictivo a la hora de combatir contra el. Muchas veces, llega a ser el sicario de quienes nos rodean.
ResponderEliminarEs de las veces JUANJO,
ResponderEliminarque mejor he visto tu historia, compréndeme, seguro que no doy ni una, pero te voy a contar lo que me han sugerido tus poquísimas letras pero tan llenas de cosas.
Verás,yo creo que has elegido el nombre de ALEJANDRO, por MAGNO. El emperador ALEJANDRO AMGNO.
Y ese sentimiento tan complejo del que hablas es fruto de la situación política actual, en la que se necesita como el vivir un lider que tome el timón de este barco ( España) que no hace más eses.
Y la desesperación que sentías por la necesidad de un lider, se ha mezclado con la rabia, el trastorno mental transitorio y la locura que te ha entrado al ver, que pudiendo ser el elegido para arraglarlo todo, se lo tomaba con tanta calma, desidia y dejadez, que en un arrebato por la impaciencia que te consumía ¡¡zaaaaas!! ¡¡TE LO HAS CARGADO!!;-)
Supongo que nada que ver, pero así lo he visto.
Por cierto...¡¡¡GENIAL TU MANERA DE ILUSTRAR ESTA ENTRADA!!
Me dan ganas de preguntarte ¿te has lavado esas manos ensangrentadas? jajaja
Me ha encantado JUANJO.
Muchos besos y que tengas un día ¡¡estupendo, pero sin sangre!! ¿OK?;-)
Me voy a currar un poquito.
A veces hay que dar carpetazo a las cosas que nos hacen infelices. es cuestión de supervivencia.
ResponderEliminarUy... asomarse a tu blog cada vez es más perturbador!
ResponderEliminarSaludines...
Hola, empecé a leer muy tranquila y de repente PUM... me sorprendió el giro que dio, me gusto mucho!
ResponderEliminarSaludos!!
Después de leer el relato, creo que el que lo mató era quien más lo amaba
ResponderEliminarPero seguramente no existía arrepentimiento, a fin de cuentas lo hecho hecho está.
ResponderEliminarHace mucho tiempo no pasaba, llego tarde, pero contento.
Un abrazo Juanjo.
Los celos en el amor se tornan tan enfermizos, que se llega a la ira absoluta, la suficiente como para matar a quien se ama.
ResponderEliminarEsto es lo que he sentido yo de tu relato, Juanjo.
Es increíble, la diversidad de sensaciones, pensamientos y/u opiniones que logras con tus escritos.
Besos!
siempre he dicho que hay amores que matan.
ResponderEliminarbiquiños,
Os comento un poco a todos.
ResponderEliminarComo la mayoría habéis adivinado, este relato iba de celos, de ese sentimiento tan irracional y violento que son los celos. Y también de desamor. El protagonista no es correspondido por el lider, ni se siente querido por su gente.
Y el resto de cosas...
Sí que le puse Alejandro de nombre, pensando en el Magno (no bajo sus efectos); pero la política espero que siga ausente durante mucho tiempo en esta página.
Muchas gracias a todos por vuestros comentarios.
Está bien, el blog este.
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